Un grupo de 15 'rapados' apalea a unos dominicanos al grito de 'putos negros'

'Vamos a atracar a este negro', incitó uno de los agresores a sus compinches

'Estos putos negros tienen que marcharse de aquí', y 'Hay que echarlos a palos'. Ésas fueron las dos únicas frases que oyeron los ocho clientes dominicanos de un bar de Fuencarral antes de que un grupo de 15 rapados, de unos 30 años, les apalease. Tres de ellos resultaron heridos de diversa consideración. Uno tuvo que ser intervenido quirúrgicamente anoche en el hospital La Paz por un navajazo en una pierna, cerca del glúteo.

Eran las 19.15 de ayer. Ocho dominicanos estaban sentados en la terraza del bar Huerto del Cariño, en la plaza de Fonsagrada, a unos 400 metros de la comisa...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

'Estos putos negros tienen que marcharse de aquí', y 'Hay que echarlos a palos'. Ésas fueron las dos únicas frases que oyeron los ocho clientes dominicanos de un bar de Fuencarral antes de que un grupo de 15 rapados, de unos 30 años, les apalease. Tres de ellos resultaron heridos de diversa consideración. Uno tuvo que ser intervenido quirúrgicamente anoche en el hospital La Paz por un navajazo en una pierna, cerca del glúteo.

Eran las 19.15 de ayer. Ocho dominicanos estaban sentados en la terraza del bar Huerto del Cariño, en la plaza de Fonsagrada, a unos 400 metros de la comisaría del distrito de Fuencarral. Entonces se acercaron unos 15 hombres que, para despistar sobre sus verdaderas intenciones, empezaron a preguntar por unos inmigrantes cubanos. Los clientes les dijeron que no estaban allí y que no los conocían.

Más información

Acto seguido, los desconocidos, que iban armados con bates, cadenas y navajas, la emprendieron contra los dominicanos. Algunos lograron salir corriendo escaleras abajo, pero otros sufrieron lesiones por todo el cuerpo.

Uno de los que peor parte se llevó fue Manuel, de unos 40 años, que recibió varios golpes en la cabeza. Su amigo Ernesto, también de unos 40 años, sufrió fractura en un brazo y otras magulladuras. Ambos trabajan en el sector de la construcción.

El dueño del local, Henry Carrasco, de 35 años, salió a la terraza al ver lo que sucedía. Los cabezas rapadas comenzaron a romper las lunas de los escaparates y también le reventaron la caja registradora. Parte del dinero que contenía cayó esparcido por el suelo del establecimiento y otra parte se la llevaron los agresores. No contentos con el resultado, le propinaron un navajazo en una pierna, cerca de la nalga. 'Vamos a atracar a este negro', incitó uno de los asaltantes a sus compinches, según los testigos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tras ser estabilizado por los facultativos de una UVI móvil del Samur-Protección Civil, Carrasco fue trasladado, al igual que los otros dos heridos, al hospital La Paz. Anoche fue intervenido de urgencia y los médicos esperan su evolución en las próximas 72 horas. Carrasco, que reside en España desde hace 11 años, compró el local hace cuatro meses.

'No nos dio tiempo de nada. Cuando quisimos reaccionar, los asaltantes sacaron sus armas y empezaron a machacarnos. Se han cebado, porque querían matarnos', explicó José Ramos, un cliente del local.

Los agresores iban vestidos con camisetas de manga corta, tirantes y pantalones bermudas. Casi todos lucían tatuajes y pendientes, según relataron los testigos. 'A dos de ellos les hemos visto en otras ocasiones y más o menos sabemos dónde viven', explicaron algunos dominicanos.

'Algunos de los agresores llevaban el pelo rapado. Eran muy fuertes y robustos, con aspecto de españoles. Vestían ropa de verano', recordaba Pilar Casarrubio Martín, una clienta habitual del bar asaltado.

Estos inmigrantes dominicanos, que forman parte de una colonia muy numerosa en el barrio del Pilar, jamás habían recibido amenazas, aunque cerca del bar Huerto del Cariño había una pintada con el lema 'Europa blanca', habitual de grupúsculos de tendencia neonazi.

Este incidente recuerda al ocurrido el pasado día 3 en Pozuelo de Alarcón, donde dos chicas y un chico agredieron a puñetazos y con un bate de béisbol a L. M. M., una estudiante mulata de 17 años adoptada por una familia española. 'Eres una escoria. Das asco, negra de mierda', le increparon los atacantes, que, según ella, constituyen uno de los grupos de cabezas rapadas del municipio.

Sobre la firma

Archivado En