LA HUELGA GENERAL DEL 20-J

La izquierda reclama a Aznar que reanude el diálogo con los sindicatos

Zapatero: 'Con la mayoría absoluta, el PP ha pasado de la mano tendida a la mano alzada'

La oposición calentó ayer las horas previas a la jornada de huelga general con una sesión de control al Gobierno centrada en la reforma del desempleo y en las medidas del Ejecutivo ante el paro del 20-J. José María Aznar tuvo que responder a José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) y Gaspar Llamazares (IU); Rodrigo Rato tuvo que hablar de su política económica ante la protesta sindical y Juan Carlos Aparició recibió seis preguntas del PSOE sobre los inconvenientes del decretazo.

Llamazares atacó a Aznar por la conducta de sus ministros ante la convocatoria de huelga: 'Piqué [Ex...

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La oposición calentó ayer las horas previas a la jornada de huelga general con una sesión de control al Gobierno centrada en la reforma del desempleo y en las medidas del Ejecutivo ante el paro del 20-J. José María Aznar tuvo que responder a José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) y Gaspar Llamazares (IU); Rodrigo Rato tuvo que hablar de su política económica ante la protesta sindical y Juan Carlos Aparició recibió seis preguntas del PSOE sobre los inconvenientes del decretazo.

Llamazares atacó a Aznar por la conducta de sus ministros ante la convocatoria de huelga: 'Piqué [Exteriores] habla y calumnia acusando a los sindicatos del sabotaje en Telefónica; el ministro del Interior pretende elaborar listas negras con las empresas sobre trabajadores que acudirán a la huelga; y el ministro de Fomento dicta unos servicios máximos en el transporte como si de guardias y retenes se tratara'. Con este relato de hechos, Llamazares acusó al presidente del Gobierno de instaurar en España un 'estado de excepción' ante la huelga y 'un estado de sitio' en Sevilla ante la cumbre europea.

Después de las acusaciones, el coordinador general de IU sacó una conclusión: 'Aznar se ha quedado más sólo que Bogar en El motín del Caine. Mañana, la huelga general, como Casillas [portero de la selección española de fútbol], lo parará todo y tranqilamente, mal que le pese al presidente'.

Aznar no se alteró. Defendió los servicios mínimos impuestos por su Gobierno al ser similares a los decretados por el Ejecutivo socialista en 1994. 'Los servicios mínimos son un derecho de los ciudadanos y un deber de los sindicatos que espero que respeten'. El presidente evitó replicar a las descalificaciones de Llamazares y optó por terminar su intervención con un reproche: 'No entiendo que usted llame estos días a la desobediencia civil irresponsablemente'.

El socialista José Luis Rodríguez Zapatero tomó entonces la palabra para exigir a Aznar que recupere el diálogo con los sindicatos recordándole que las mejores políticas de empleo se han alcanzado mediante el diálogo y el acuerdo. 'Nosotros hemos logrado 13 acuerdos sociales importantes', le replicó Aznar.

Zapatero abrió entonces su libro de acusaciones: 'Usted es el principal responsable de lo que está pasando. Con la mayoría absoluta ha pasado de la política de mano tendida a la de mano alzada. Ha provocado conflictos y crispado a la sociedad'. Tras la crítica, el socialista ofreció consejos: 'Dialogue, escuche lo que va a decirle la sociedad. No se trata ni de un pulso ni de un partido. Abra el diálogo serio, una virtud que usted ha dejado de cultivar. Vuelva a sus orígenes'.

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Aznar no aceptó recomendaciones e insistió: 'Si hablamos de dignidad, este Gobierno es más digno en sus hechos y resultados con los trabajadores que los gobiernos anteriores. Pero una cosa es el diálogo y otra las imposiciones'. Tras la exposición, llegó la censura del presidente a Zapatero: 'Le he escuchado decir que si llega al Gobierno retirará el decretazo porque carece del acuerdo con los sindicatos. Ya sabía que había dejado la oposición en manos de los sindicatos y ahora me he enterado de que también quiere dejar el Gobierno en sus manos. Espero posturas más serios y responsables que las que vienen manteniendo y que pueden provocar perjuicios muy graves para los sindicatos'.

Para rematar su discurso, Aznar regresó a su público y sentenció: 'No vamos a permanecer inmóviles ante el objetivo de conseguir el pleno empleo. Hemos pasado del 24% [con los socialistas] al 11% de paro, pero no estamos conformes y por eso vamos a seguir trabajando'.

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