Crítica:LIBROS

Teoría de la transformación permanente

Las modificaciones del capitalismo son la esencia del sistema, la clave de su supervivencia. Ésa es una de las explicaciones más socorridas para explicar el éxito del sistema. Una de las primeras precisiones del texto, siguiendo a Braudel, es la diferencia entre capitalismo y mercado, que resulta sumamente ilustrativa de las confusiones -con frecuencia interesadas- del lenguaje que después utilizan como propaganda activa. Para los autores, el mercado es una autolimitación del capitalismo; sólo se pliega a él 'cuando se le cierran los caminos más directos para la obtención de beneficios'...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Las modificaciones del capitalismo son la esencia del sistema, la clave de su supervivencia. Ésa es una de las explicaciones más socorridas para explicar el éxito del sistema. Una de las primeras precisiones del texto, siguiendo a Braudel, es la diferencia entre capitalismo y mercado, que resulta sumamente ilustrativa de las confusiones -con frecuencia interesadas- del lenguaje que después utilizan como propaganda activa. Para los autores, el mercado es una autolimitación del capitalismo; sólo se pliega a él 'cuando se le cierran los caminos más directos para la obtención de beneficios'.

El texto de Boltanski y Chiapello no trata propiamente de la evolución del capitalismo, sino de la evolución de los mecanismos de definición, explicación, justificación del capitalismo, que han variado considerablemente desde 1968, quizá como consecuencia de los acontecimientos de mayo de 1968, hasta variar considerablemente los criterios de progreso empresarial.

El nuevo espíritu del capitalismo

Luc Boltanski y Ève Chiapello Akal Ediciones ISBN 84-460-1558-7

La tesis del libro es que el capitalismo necesita para mantenerse convencer a la sociedad de que sus inconvenientes y contradicciones resultan ampliamente compensados por sus ventajas; y la fijación de la idea de esos beneficios entre los valores admitidos por la sociedad es precisamente lo que constituye el espíritu del capitalismo. Que ese espíritu -ideología sería una traslación más próxima- es nuevo ahora es precisamente lo que se desarrolla en las 718 páginas del libro.

Sobre este particular, hay apuntes sorprendentes. Las empresas piden hoy a sus asalariados y venden a sus clientes valores de gestión tales como autonomía, espontaneidad, movilidad, pluricompetencia, convivencialidad, disponibilidad, creatividad... Todos valores blandos y muy alejados de los más rígidos -organización, disciplina- que caracterizaron al capitalismo durante buena parte del siglo XX.

Se esté de acuerdo o no con la perspectiva política desde la que se afronta la descripción del la ideología, hay que decir que la exposición es impecable y exhaustiva. Bastan para comprobarlo las páginas dedicadas a los posibles enfoques críticos del sistema capitalista -como hipotética fuente de opresión, de miseria y de oportunismo o egoísmo-, las respuestas plausibles a esas críticas y al intento de las empresas por superar la abstracción del mercado incorporando servicios personalizados al cliente.

Esta idea forma parte de la descripción general del capitalismo como un conjunto de relaciones en perpetua transformación, en búsqueda permanente de nuevos procedimientos para obtener beneficios. Por esa razón, las justificaciones o deologías explicativas deben cambiar cada cierto tiempo para adecuarse a esas modificaciones.

Igualmente agudas parecen las observaciones sobre las crecientes dificultades de la crítica al sistema económico. Según Boltanski y Chiapello, las críticas de orden macrosociológico y conceptual han sido sustituidas por la caridad organizada o el humanitarismo tipo ONG. Es curioso que se preste poca atención al nuevo fenómeno de crítica generalizada que son las manifestaciones antiglobalización; quizá la razón estribe en la elaboración del libro es anterior a la explosión generalizada de protestas.

Archivado En