Reportaje:casillas | portero | El partido de España | Mundial 2002

'Quiero cambiarle la camiseta a Chilavert'

Casillas expresa su admiración por el portero que le ha estado provocando los últimos días

La inocencia de Casillas es a veces su mejor arma. Hoy, por ejemplo, saldrá al campo ilusionado con pedirle la camiseta a José Luis Chilavert, el capitán paraguayo, que se ha pasado toda la semana provocándolo en público. El portero de España es transparente, aniñado y tierno. Tanto que si lo amenazan no responde, ni se irrita, ni pierde los nervios. 'Que empiece a temblar', le dijo Chilavert, accionando la guerra psicológica. 'Tiene una gran personalidad', respondió ayer Casillas; 'y cuando termine el partido me gustaría cambiarle la camiseta'.

'Chilavert tiene una gran personalidad', ...

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La inocencia de Casillas es a veces su mejor arma. Hoy, por ejemplo, saldrá al campo ilusionado con pedirle la camiseta a José Luis Chilavert, el capitán paraguayo, que se ha pasado toda la semana provocándolo en público. El portero de España es transparente, aniñado y tierno. Tanto que si lo amenazan no responde, ni se irrita, ni pierde los nervios. 'Que empiece a temblar', le dijo Chilavert, accionando la guerra psicológica. 'Tiene una gran personalidad', respondió ayer Casillas; 'y cuando termine el partido me gustaría cambiarle la camiseta'.

'Chilavert tiene una gran personalidad', dijo ayer Casillas; 'y creo que cada uno puede decir lo que quiera. Yo creo que él es uno de los mejores porteros del mundo. Ha influido mucho en la forma de jugar porque ha demostrado que los porteros no sólo están para parar, sino que pueden jugar con el pie, tirar faltas y penaltis'.

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El Mono Navarro Montoya, el Mono Burgos, el portero de la selección colombiana -Córdoba-, el portero de la selección argentina Cavallero, y muchos otros han sido víctimas de la facultad de Chilavert para sacar de quicio a los rivales. Con 60 goles anotados, el paraguayo es el guardameta más goleador de la historia.

Sin embargo, Casillas estaba tranquilo ayer por la tarde. Hablaba de que su objetivo era 'llegar hasta el final' del Mundial. O sea, ganarlo. Lo decía como si se tratase de un campeonato de pocha. Como si no advirtiera que lo que Paraguay prepara es un ataque directo contra su flanco más débil: el juego aéreo.

Paredes, Cardozo, Gamarra, Ayala y Santa Cruz se lanzaban en tropel, saltaban y cabeceaban los centros del Chiqui Arce al área imaginaria de España. Los tiros de falta se repitieron una, dos, tres, decenas de veces, bajo los techos en forma de abanico del estadio de Jeonju. Para concluir, Chilavert insistió en lanzar tiros libres. Es una obsesión que lo empuja a ensayar esta suerte hasta la saciedad. Quiere marcarle un gol a España. Y aunque ayer dijera que el técnico decidirá si lanza o no las faltas directas, lo cierto es que está metiendo mucha presión a Cesare Maldini para que le deje hacerlo, arriesgándose a un contragolpe.

En el último entrenamiento, Camacho mantuvo la incógnita sobre si Morientes o Tristán -o ninguno de los dos- jugarán en la punta ante Paraguay.

Los jugadores de la selección hacen el pasillo a Iker Casillas y a Curro Torres ayer en Jeonju.EFE

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