Los participantes en la Patum firman una declaración asumiendo los riesgos

El Ayuntamiento de Berga teme enfrentarse a demandas por daños

Berga vivió ayer la primera gran noche de la fiesta de la Patum en la plaza de Sant Pere tras el preámbulo que se desarrolla el miércoles con el Passacarrers. Este año, el Ayuntamiento intenta salvar su responsabilidad ante las posibles lesiones que se produzcan durante el salto de los plens. Una denuncia por un accidente ocurrido en 2001 durante la fiesta ha puesto en guardia a la autoridad local.

La vitalidad de la Patum es, un año más, incuestionable, pero al poder de convocatoria de la fiesta ancestral se le ha añadido este año una precaución: el centenar de personas que se v...

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Berga vivió ayer la primera gran noche de la fiesta de la Patum en la plaza de Sant Pere tras el preámbulo que se desarrolla el miércoles con el Passacarrers. Este año, el Ayuntamiento intenta salvar su responsabilidad ante las posibles lesiones que se produzcan durante el salto de los plens. Una denuncia por un accidente ocurrido en 2001 durante la fiesta ha puesto en guardia a la autoridad local.

La vitalidad de la Patum es, un año más, incuestionable, pero al poder de convocatoria de la fiesta ancestral se le ha añadido este año una precaución: el centenar de personas que se visten de ple en cada salto -dos el jueves y dos el domingo-, el elemento más potente de la fiesta y uno de los momentos de mayor riesgo, deben firmar en el reverso de su tiquet de acceso a la fiesta una declaración en la que asumen toda la responsabilidad. Los plens saltan con los fuets en los cuernos de su careta demoniaca y en la cola, en medio de una plaza abarrotada de un gentío enfervorizado que salta bajo una espasa nube de humo y una lluvia de chispas, sin ver prácticamente nada y entre un gran ruido.

En los accesos al recinto de la fiesta de la Patum se advierte al público de los riesgos; en los programas se indica cómo se debe ir vestido: gorro, pañuelo al cuello, camisa de manga larga, pantalones largos -todo de algodón- y botas para los pies; se avisa contra el consumo excesivo de bebidas alcohólicas, y antes de iniciarse cada salto de plens, que dura unos tres minutos, se hacen varias advertencias por la megafonía de la plaza.

El Ayuntamiento de Berga deberá hacer frente en los próximos días a la denuncia judicial presentado por un vecino de Cercs que el año pasado resultó herido cuando en un salto de plens se produjo una avalancha de gente. Las quemaduras que sufrió en la espalda le mantuvieron varias semanas de baja laboral. Las comparsas que organizan la Patum temen que si esta denuncia prospera, se presenten otras y provoquen un celo extremo por la seguridad que haría imposible celebrar la Patum con la participación del público.

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