LA VENTANA DE MILLÁS

Pensamientos

Siento rencor cuando la recuerdo, entonces comienza; si no hay recuerdo, no hay rencor. Cuando aparece el primer pensamiento sobre ella, al poco llega el siguiente y luego otro y otro más. Van llegando solos, sin que nadie los llame. Mi distracción favorita entonces, al cabo de un buen rato de pensar, es encadenar los pensamientos hacia atrás: cuál me ha llevado a éste, y luego a este otro, y así intento llegar hasta el primero, el que ha sido más intenso en cuanto a rencor se refiere. El rencor, mientras tanto, va moviéndose, hacia delante y hacia atrás. Más tarde, cuando dejo de pensar, empi...

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Siento rencor cuando la recuerdo, entonces comienza; si no hay recuerdo, no hay rencor. Cuando aparece el primer pensamiento sobre ella, al poco llega el siguiente y luego otro y otro más. Van llegando solos, sin que nadie los llame. Mi distracción favorita entonces, al cabo de un buen rato de pensar, es encadenar los pensamientos hacia atrás: cuál me ha llevado a éste, y luego a este otro, y así intento llegar hasta el primero, el que ha sido más intenso en cuanto a rencor se refiere. El rencor, mientras tanto, va moviéndose, hacia delante y hacia atrás. Más tarde, cuando dejo de pensar, empieza a remitir, vuelve a su letargo hasta que me llega de nuevo el primer pensamiento.

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