La Generalitat defenderá el peso de las cajas en la fusión de las autopistas

El anuncio de fusión de las empresas de autopistas Áurea y Acesa, que se ampliará a Iberpistas, ha caído como un jarro de agua fría en círculos económicos y políticos valencianos. La operación, conocida el lunes, ha causado malestar en la Generalitat y en las cajas de ahorros, según fuentes oficiales. El motivo no es otro que la pérdida de peso de los grupos financieros valencianos, Bancaixa y la CAM, en la futura empresa de autopistas, la primera concesionaria de peaje española y la tercera europea.

Las dos cajas valencianas poseen en estos momentos el 15% de Áurea y sientan a dos cons...

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El anuncio de fusión de las empresas de autopistas Áurea y Acesa, que se ampliará a Iberpistas, ha caído como un jarro de agua fría en círculos económicos y políticos valencianos. La operación, conocida el lunes, ha causado malestar en la Generalitat y en las cajas de ahorros, según fuentes oficiales. El motivo no es otro que la pérdida de peso de los grupos financieros valencianos, Bancaixa y la CAM, en la futura empresa de autopistas, la primera concesionaria de peaje española y la tercera europea.

Las dos cajas valencianas poseen en estos momentos el 15% de Áurea y sientan a dos consejeros propios en el consejo de administración de la concesionaria, participada mayoritariamente por Dragados (ahora controlada por la contructora ACS de Florentino Pérez). El Grupo Bancaixa cuenta con el 9,7% de Áurea y la CAM, con el 5,4%. De confirmarse el canje accionarial anunciado (2,06 acciones de Acesa por una de Áurea), la participación de las entidades financieras locales se reducirá al 5%.

Fuentes del Consell consideran ridículo este porcentaje tratándose de Áurea, sociedad resultado de la fusión de Autopistas del Mare Nostrum (Aumar), concesionaria de dos tramos de la A-7 (Tarragona-Valencia y Valencia-Alicante) y de la A-4 (Sevilla-Cádiz), con Valora 2000, ambas del Grupo Dragados. Aumar y después Áurea ha tenido desde su origen la sede social en Valencia y también el grueso de sus ingresos. Mientras el presidente catalán Jordi Pujol aplaudía ayer la operación (La Caixa lidera la fusión y será el accionista de referencia de la nueva compañía), el Gobierno valenciano expresaba su deseo de que las cajas valencianas mantuviesen e incluso aumentasen su peso en la futura sociedad de autopistas.

La desproporción entre el peso de las cajas catalanas, un 31,1% -repartido entre La Caixa (21,1%), Caixa Catalunya (5,1%) y otras (4,9%)- y las valencianas, un 5%, no ha sentado nada bien en el Palau de la Generalitat, aunque esta distribución accionarial no es definitiva. Fuentes cercanas a la operación aseguran, no obstante, que existe todavía margen de negociación antes de que se formalice la fusión. Entre otras cuestiones será decisiva la resolución de la OPA lanzada por Acesa y Áurea sobre Iberpistas y que abrió en su día una batalla que se ha resuelto con la integración de todas en un solo grupo.

La corporación financiera de Bancaixa y la CAM tenía previsto incorporar, precisamente, parte de las acciones de Áurea.

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