Crónica:Gran Premio de Francia | MOTOCICLISMO

Fonsi Nieto repite exhibición

El español gana en Le Mans tras mantener un espectacular duelo con su gran rival, el italiano Melandri

Decía Fonsi Nieto poco antes de viajar a Francia que no quiere ganar carreras, que su única pretensión es ganar el Mundial. Pues para no querer ganar carreras lo disimula muy mal. Se presentó ayer el español en Le Mans, donde se disputó el Gran Premio de Francia, con su reciente estrenada condición de flamante líder del Campeonato del Mundo en la categoría de los 250cc. Y líder sigue, más que nada porque es obvio que ganar carreras y ganar el Mundial no son dos hechos incompatibles. Al contrario.

He aquí un corredor que, a sus 24 años, ha pasado de no ganar nada a hacerlo no sólo de for...

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Decía Fonsi Nieto poco antes de viajar a Francia que no quiere ganar carreras, que su única pretensión es ganar el Mundial. Pues para no querer ganar carreras lo disimula muy mal. Se presentó ayer el español en Le Mans, donde se disputó el Gran Premio de Francia, con su reciente estrenada condición de flamante líder del Campeonato del Mundo en la categoría de los 250cc. Y líder sigue, más que nada porque es obvio que ganar carreras y ganar el Mundial no son dos hechos incompatibles. Al contrario.

He aquí un corredor que, a sus 24 años, ha pasado de no ganar nada a hacerlo no sólo de forma espectacular, sino demostrando un control absoluto de cada carrera, como si de un Valentino Rossi se tratara. Fonsi Nieto se exhibió en Jerez y repitió la experiencia dos semanas después en Le Mans.

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Ya el día anterior a la carrera, Fonsi había dejado perplejos a los presentes cuando consiguió un registro inimaginable en el entrenamiento. Así que ayer partió el primero desde la parrilla de salida, una posición en la que, a la vista de los hechos, el madrileño no se siente precisamente cómodo. Tanto es así que la primera curva la tomó en el tercer lugar y la segunda en el cuarto.

Había arrancado tan tranquilo como acostumbra, sabedor de que lo que a él le va es la batalla en el tramo final. Para llegar ahí en condiciones eligió unos neumáticos duros, que aguantaran bien el desgaste. Enseguida se formó un grupo de cuatro corredores en cabeza. Estaban todos los que tienen algo que decir en esta categoría excepto el italiano Roberto Rolfo. Sus compatriotas Marco Melandri y Roberto Locatelli amenazaron con largarse, pero Fonsi se lo impidió. Al español le va eso de quedarse atrás durante algunas vueltas, como esos ciclistas que acostumbran a no ponerse al mando hasta comprobar cómo anda la competencia.

Así que Fonsi se pasó un rato controlando cada movimiento, hasta el punto de que en un momento determinado le hizo una seña a quien iba inmediatamente detrás de él, al francés Randy de Puniet, inquieto por aquello de que corría en su casa, para que dejara de amagarle, para que le adelantara o se estuviera quieto. Vamos, para que se dejara de numeritos.

Se dejó de ellos. Una vez resuelto lo que ocurría a su espalda, donde el italiano Franco Battaini venía a todo tren -tanto que se la pegó en una curva-, observó el español que a Melandri le culeaba la moto más de lo debido y que en cada curva parecía irse por la pared pisando siempre la parte exterior del asfalto. Visto que una caída de aquél podía afectarle decidió adelantarle. Y a 16 vueltas del final hizo lo propio con Locatelli.

Ya era Fonsi el primero. Metió a la máquina todo el gas que pudo y nadie le aguantó excepto Melandri, en una nueva prueba de que esas dos Aprilias son las mejores motos del Mundial. Se produjo entonces una persecución espectacular con ambos pilotos batiendo reiteradamente el récord del circuito. En el penúltimo paso por la meta Melandri le rebasó. Incomprensiblemente, el italiano, amén de cerrarle el paso, lo que resultó lícito, frenó, en un extraño intento de no se sabe qué, porque aquello lo único que podía provocar era, amén de una caída, que los perseguidores llegaran a la altura de los que se estaban jugando el triunfo.

Fonsi reaccionó presto y le devolvió la moneda. Pero, justo en el instante en el que le adelantaba, miró para atrás, pidiendo, quizá, explicaciones. En ese gesto perdió unas milésimas y Melandri volvió a pasarle por dentro. ¡Y volvió a frenar! Ambos corredores parecían haber adoptado una táctica suicida, porque en el horizonte quedan un buen número de carreras y un segundo puesto se antoja cualquier cosa menos deshonroso.

Pero Fonsi, cabreado, dio un golpe de autoridad. Por eso, antes de encarar la última vuelta, apuró todo lo que pudo en una curva y dejó atrás a su rival, que en los últimos metros de carrera siguió buscando el hueco por donde colarse. Pero el español optó por ir a degüello y le cerró todos los caminos.

Mientras esto ocurría delante, detrás otros dos españoles, Toni Elías y Emilio Alzamora, se dejaban ver. Elías tuvo enormes problemas desde que en el inicio de la prueba la moto del japonés Aoki tocara la suya. Cayó al decimotercer puesto, pero fue remontando hasta finalizar el sexto, justo por delante de un Alzamora que no acaba de romper y que está lejos de participar en una lucha, la del título, en la que Fonsi Nieto se ha convertido en el máximo favorito adornando cada victoria con una exhibición y dando lustre a su amuleto, al Animal, el personaje de los teleñecos que lleva dibujado en la parte delantera de su moto, ésa que últimamente los rivales no ven.

Fonsi Nieto besa el trofeo recibido tras ganar la carrera de Le Mans.ASSOCIATED PRESS

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