El Artium edita 'La ascensión al monte Ventoux' de Francesco Petrarca

El 26 de abril de 1336, Francesco Petrarca ascendió a la cumbre del monte Ventoux, de 1.910 metros de altura, ubicado cerca de Aviñón. Fruto de aquella excursión es el primer texto en que se describe la aparición del sentimiento estético ante el disfrute del paisaje. Pasados 666 años, se inauguró el Artium y para celebrar esta coincidencia, el nuevo museo de Vitoria ha editado el texto del poeta italiano con dos introducciones a cargo del crítico Javier Maderuelo y de Javier González de Durana, director de la pinacoteca.

La ascensión al monte Ventoux
es también el primer libro de...

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El 26 de abril de 1336, Francesco Petrarca ascendió a la cumbre del monte Ventoux, de 1.910 metros de altura, ubicado cerca de Aviñón. Fruto de aquella excursión es el primer texto en que se describe la aparición del sentimiento estético ante el disfrute del paisaje. Pasados 666 años, se inauguró el Artium y para celebrar esta coincidencia, el nuevo museo de Vitoria ha editado el texto del poeta italiano con dos introducciones a cargo del crítico Javier Maderuelo y de Javier González de Durana, director de la pinacoteca.

La ascensión al monte Ventoux es también el primer libro de la colección Apuntes de Estética Artium y la introducción de la exposición Francesco Petrarca y el paisaje contemporáneo en la que participan 13 artistas con obras que van de 1960 (Gerardo Rueda) a 2001 (Charo Arrazola). La muestra ofrece miradas singulares a paisajes naturales y urbanos.

El volumen presenta el texto original de Petrarca en latín y su traducción al castellano y al euskera. Antes, González de Durana reflexiona sobre los pensamientos de Petrarca, tras aquella subida incomprensible para sus contemporáneos. 'La ascensión al monte supuso una nueva perspectiva: la vista del mundo y del paisaje del espíritu', señala.

Maderuelo analiza el texto y su relevancia, ya que 'algo así no había sido escrito en Occidente, tal vez desde una carta de Plinio el Joven, en el lejano año 97 de nuestra era, en la que describe sus fincas de recreo con el orgullo de quien posee auténticos tesoros'.

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