Columna

Testimonio

Conocí a Pere Maruny en La Realidad, mientras yo esperaba el encuentro con el subcomandante Marcos y él trabajaba con otros cooperantes en un campamento de la comunidad indígena. Aquellos jóvenes voluntarios servían de desarmado cordón disuasorio de un posible exterminio de los neozapatistas. Pere, joven impresor de La Bisbal, trabaja lo suficiente para poder viajar por la geografía que enfrenta a globalizadores y globalizados, y ahora ha enviado desde Palestina el testimonio del vía crucis de tratar de llegar a Ramala y hablar con Arafat, te llames Pere Maruny o Javier Solana, José María Azna...

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Conocí a Pere Maruny en La Realidad, mientras yo esperaba el encuentro con el subcomandante Marcos y él trabajaba con otros cooperantes en un campamento de la comunidad indígena. Aquellos jóvenes voluntarios servían de desarmado cordón disuasorio de un posible exterminio de los neozapatistas. Pere, joven impresor de La Bisbal, trabaja lo suficiente para poder viajar por la geografía que enfrenta a globalizadores y globalizados, y ahora ha enviado desde Palestina el testimonio del vía crucis de tratar de llegar a Ramala y hablar con Arafat, te llames Pere Maruny o Javier Solana, José María Aznar o Josep Piqué. Sharon controla la puerta y sólo garantiza el paso a los socios de Washington cuando van a Palestina, recuentan los muertos y fruncen el ceño.

Describe el improvisado cronista la trastienda de solidaridades, rabias, esperanzas, muertos, heridos, fosas comunes, que queda más allá de la ocupación israelí, como un paisaje de fondo, indestructible físicamente e indestructible en la memoria colectiva de los palestinos. Acumulan odio para los próximos 50 años, y los israelíes vivirán con el misil, es un decir, debajo de la almohada o pasearán como sonámbulos ante el Muro de las Lamentaciones por las décadas de las décadas. Desde el centro de una plaza cercada por las tropas israelíes y por los judíos ultraortodoxos, el impresor de La Bisbal sentencia: 'Éste no es sino el mayor escenario de la guerra global; la minoría rica superarmada contra la minoría pobre, solamente rica en miseria y esperanza'. Pere recorre campamentos de refugiados parecidos a todas las villas miseria de este mundo y donde habita el recuerdo de sus mártires, los kamikazes que mueren matando. Campamentos a tiro de los misiles de Sharon porque los considera nidos de la serpiente terrorista y desea sepultarlos en la fosa común del tiempo.

Recuerdo aquellos tiempos en que éramos solidarios de los judíos supervivientes del holocausto, y todavía hoy nos manifestaríamos contra cualquier pogromo antisemita. Por eso hay que denunciar los pogromos de Sharon contra los palestinos. Hay que estar contra los pogromos, los avale el dios que sea desde esa crueldad con la que los dioses tratan de disimular sus fracasos.

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