CONFLICTO EN EL TRANSPORTE DE VIAJEROS POR CARRETERA

'Llevamos a personas, no a animales'

Joaquín López tiene 38 años y es conductor del servicio discrecional de la empresa ALSA, que también presta servicios de largo recorrido. Él y un grupo de compañeros en huelga pasaban la mañana de ayer en la puerta de la sede que la empresa tiene en la calle de Alcalá.

Joaquín se levanta todos los días a las seis de la mañana. Acude regularmente a la sede de ALSA, pero nunca sabe dónde va a pasar el día. 'Puedo estar toda la mañana haciendo servicios por Madrid, tener un rato para comer y después salir a cualquier punto de España. La mayoría de los días no llego a mi casa hasta las nuev...

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Joaquín López tiene 38 años y es conductor del servicio discrecional de la empresa ALSA, que también presta servicios de largo recorrido. Él y un grupo de compañeros en huelga pasaban la mañana de ayer en la puerta de la sede que la empresa tiene en la calle de Alcalá.

Joaquín se levanta todos los días a las seis de la mañana. Acude regularmente a la sede de ALSA, pero nunca sabe dónde va a pasar el día. 'Puedo estar toda la mañana haciendo servicios por Madrid, tener un rato para comer y después salir a cualquier punto de España. La mayoría de los días no llego a mi casa hasta las nueve', explica. Joaquín tiene que estar, por ley, 11 horas a disposición de la empresa. Sin embargo, está más de 13 horas en su puesto de trabajo, ocho de ellas conduciendo, según afirma.

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'Tenemos dos horas para comer, pero eso no se cumple. Comemos donde nos pilla'. Joaquín hace cuentas y concluyea que la empresa no respeta el descanso diario de los trabajadores. 'Tenemos que descansar doce horas diarias [entre un servicio y otro], pero descansamos una media de 6', asegura. Joaquín cobra 190.000 pesetas al mes netas, 'con todos los complementos', matiza. 'Yo pierdo la cuenta de las horas extras que hago, cuando la ley sólo marca un máximo de 80 anuales', precisa. 'La administración debería revisar los tacógrafos de los autobuses y comprobar las horas que hacemos. Una vez estuve 14 horas conduciendo. Empecé un día a las 7 de la mañana y acabé a las cinco de la madrugada del día siguiente. Eso es muy peligroso, sobre todo para las personas a las que transportamos. Porque no son animales lo que llevamos, son personas', comenta indignado este conductor.

Los trabajadores agrupados en la calle de Alcalá hablan de la huelga. Uno de ellos se une al relato de Joaquín: 'Yo hago el trayecto Madrid-Zaragoza ida y vuelta', cuenta Juan Bautista. 'Una vez me quedé dormido y choqué contra la mediana. Gracias a que no pasó nada. Pero podría haber pasado'.

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