Barra

Las direcciones de Internet han popularizado el nombre de un signo tipográfico. Cierto que si uno dicta una dirección ya no tiene que empezar con el 'hache, te, te, pe, dos puntos, barra, barra', porque la gente lo sabe, y los navegadores lo suplen; ni tampoco con el 'uve doble, uvedoble, uve doble', sencillamente, 'triple doblebe'), porque muchas direcciones ya no lo requieren; pero para dirigir a una parte de un dominio seguirá siendo imprescindible decir 'elpais punto es barra archivo'.

La barra es el signo oblicuo /, que en inglés se llama slash, y es, junto con el punto, el element...

Las direcciones de Internet han popularizado el nombre de un signo tipográfico. Cierto que si uno dicta una dirección ya no tiene que empezar con el 'hache, te, te, pe, dos puntos, barra, barra', porque la gente lo sabe, y los navegadores lo suplen; ni tampoco con el 'uve doble, uvedoble, uve doble', sencillamente, 'triple doblebe'), porque muchas direcciones ya no lo requieren; pero para dirigir a una parte de un dominio seguirá siendo imprescindible decir 'elpais punto es barra archivo'.

La barra es el signo oblicuo /, que en inglés se llama slash, y es, junto con el punto, el elemento típico de las direcciones en la World Wide Web. Slashdot se llama el sitio de discusión en inglés cuya inspiración (y nombre) recoge el español Barrapunto. Barra es una palabra prerromana, que se halla en prácticamente todas las lenguas derivadas del latín: en principio se refería a una pieza alargada de hierro, y luego a otras cosas con esa forma. Una de ellas es, por supuesto, el signo /, que en origen se usaba para separar o dar opciones (como en 'y/o').

Con la misma forma y nombre, otras cosas rondan por el ordenador: las 'barras de desplazamiento' de las interfaces, y -ya en el hardware- la 'barra espaciadora' del teclado, herencia de las máquinas de escribir.

Si recordamos la historia del teclado QWERTY, sabremos que la situación de las letras en la máquina de escribir se diseñó en función de su uso (en inglés). Pues bien: al espacio entre palabras se le asignó la tecla más grande. Y, de hecho, es la única decisión con valor universal, y que sigue conservando todo su sentido, porque el carácter más frecuente en todas las lenguas que utilizan el alfabeto latino es el espacio en blanco. Por suerte.