Enfado
Es para mí una tortura oír el anuncio de la Agencia Española de Cooperación Internacional dando las gracias a los españoles por lo mucho que les ayudan a trabajar por superar la pobreza.
Llevo 12 años intentando con el 0,7 que la Cooperación Oficial Española sirva para aliviar la pobreza de los 1.000 millones de personas que viven en la más absoluta de las miserias.
Y ahora estoy muy enfadado. Si desde sus inicios ha sido escasa, programada para favorecer casi sólo a las empresas españolas y no a los pobres, y, por tanto, muy deficiente, ahora está mucho peor que nunca.
Un...
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Es para mí una tortura oír el anuncio de la Agencia Española de Cooperación Internacional dando las gracias a los españoles por lo mucho que les ayudan a trabajar por superar la pobreza.
Llevo 12 años intentando con el 0,7 que la Cooperación Oficial Española sirva para aliviar la pobreza de los 1.000 millones de personas que viven en la más absoluta de las miserias.
Y ahora estoy muy enfadado. Si desde sus inicios ha sido escasa, programada para favorecer casi sólo a las empresas españolas y no a los pobres, y, por tanto, muy deficiente, ahora está mucho peor que nunca.
Un vergonzoso, suicida e impresentable desastre. Es un cinismo total que se jacte así una Agencia que está bajo cero en eficacia. Claro que su jefe está tan ajeno al mundo de los pobres que llega a devclarar tranquilamente que, para España, la cumbre de Monterrey no ha podido ser más positiva.
Cuando los países ricos deberíamos escondernos debajo de la cama por ser incapaces de aportar en Monterrey los 50.000 millones de dólares que suplicaba la Organización de Naciones Unidas, como petición mínima para no abandonar a los pobres del mundo. Nadie toleraría de conductor de autobús a un ciego.
Pues en Cooperación Internacional, sí. Por responsabilidad con la verdad y el futuro, que urgentemente pongan al frente de la Agencia a uno de los varios españoles que entienden de cooperación y además quieren erradicar la pobreza.Es muy necesario.
Los pobres del mundo lo necesitan.- Pablo Osés. Militante del 0,7. Madrid.