EL ACCIDENTE DE TORREDEMBARRA

Renfe apunta a un fallo humano

Renfe localiza las cajas negras de los trenes para determinar las causas del siniestro

Fallo humano. Esa es la hipótesis que se desprende de las afirmaciones de Renfe al descartar un fallo técnico para explicar el accidente ocurrido el pasado sábado en Torredembarra, cuando el Euromed procedente de Alicante chocó lateralmente con el tren regional Catalunya Express que venía de Tortosa. Dos personas resultaron muertas y otras 142 sufrieron heridas de diversa consideración. Las primeras investigaciones apuntan a que el error no es atribuible a la técnica, sino a las personas. Por otra parte, al producirse la colisión había un solo empleado en la estación que tenía que asumir t...

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Fallo humano. Esa es la hipótesis que se desprende de las afirmaciones de Renfe al descartar un fallo técnico para explicar el accidente ocurrido el pasado sábado en Torredembarra, cuando el Euromed procedente de Alicante chocó lateralmente con el tren regional Catalunya Express que venía de Tortosa. Dos personas resultaron muertas y otras 142 sufrieron heridas de diversa consideración. Las primeras investigaciones apuntan a que el error no es atribuible a la técnica, sino a las personas. Por otra parte, al producirse la colisión había un solo empleado en la estación que tenía que asumir todo su funcionamiento. El accidente ha vuelto a cuestionar la seguridad de las vías que cruzan numerosos municipios catalanes, atravesados por líneas de alta velocidad.

'Lo vi por la tele, abrí la persiana y encontré descarrilado frente a mí al Euromed'

El presidente de Renfe, Miguel Corsini, que ayer visitó el lugar del siniestro, aseguró que la compañía todavía desconoce las causas exactas del accidente y explicó que la estación de Torredembarra está automatizada. En principio, en opinión de Corsini, todo indica que 'aparentemente' los sistemas automáticos funcionaron bien, por lo que no se entiende cómo el Catalunya Express se puso en marcha antes de lo previsto por una vía secundaria y no esperó a que pasara el Euromed, que circula por una vía preferente. Las dos personas fallecidas fueron identificadas ayer. Se trata de Silvia González Tena, de 36 años y vecina de Valencia, y María Gloria Guarro Juan, de 52 años y residente en L'Hospitalet de Llobregat, que viajaban en el Euromed y el tren regional, respectivamente.

El tren Catalunya Express invadió la vía preferente a las 20.15 del sábado, y fue embestido a la altura del segundo vagón de cabeza por el Euromed, que circulaba a una velocidad de 155 kilómetros por hora y que tenía ocho vagones. Una de las hipótesis barajadas es que el conductor del tren Catalunya Express iniciara la marcha pese a tener en rojo el semáforo que debía autorizarle a circular. De acuerdo con esta hipótesis, el tren se detuvo al activarse los sistemas automáticos de frenado para impedir la invasión de otra vía. Varios testigos que viajaban en ese tren regional explicaron que antes de producirse la colisión se apagaron todas las luces del tren, probablemente porque funcionó el sistema de seguridad y se cortó el suministro eléctrico al tren regional. Eso no evitó, sin embargo, que la inercia y la velocidad que había tomado le permitieran seguir la marcha unos metros e invadir la vía preferente por la que pasaba el Euromed. Corsini exlicó que esa vía se sustituyó en 1997.

Sistema de seguridad

La otra posibilidad del error humano apuntaría al único ferroviario que trabajaba en la estación al producirse el accidente y que es el responsable de todo el funcionamiento de la instalacíón. Algunos testigos afirmaron que en el momento del accidente el jefe de estación se percató de la maniobra del Catalunya Express y trató de avisar al maquinista gritando: '¡Que pasas en rojo!'. Técnicos ferroviarios explicaron ayer que aunque este empleado hubiera deseado poner en verde el semáforo de la vía secundaria, no habría sido posible porque la preferencia era para la vía por la que circulaba el Euromed.

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Los maquinistas de los dos convoyes, ingresados en el hospital de Santa Tecla de Tarragona por diferentes traumatismos, y el jefe de estación deberán declarar en los próximos días en el juzgado de instrucción de El Vendrell, que se ha hecho cargo del caso. El maquinista del Catalunya Express ya dio su primera versión de los hechos a la Guardia Civil, en funciones de policía judicial, horas después del accidente.

El ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, que ayer se desplazó a Tarragona para interesarse por el estado de los heridos, también reiteró que el sistema automático funcionó 'correctamente'. Las cajas negras de los dos trenes fueron localizadas en la tarde de ayer, según informó la compañía ferroviaria. Renfe confía en que estos dispositivos 'aporten información muy valiosa' para aclarar las causas del siniestro.

En este sentido, Álvarez-Cascos explicó que no se podía aventurar la existencia de 'un fallo humano, técnico o una combinación de ambos'. El ministro de Fomento recalcó que no pensaba pronunciarse hasta no tener certeza y avanzó que 'la razón se sabrá en tres semanas'. En su opinión, 'Renfe no suele tardar mucho en sus investigaciones', y subrayó: 'El ministro ha comentado que la compañía ferroviaria no tiene intención de ocultar verdades'. Alvarez-Cascos declinó acudir al lugar del siniestro y tras visitar a algunos de los heridos regresó a Madrid.

La compañía ferroviaria también explicó ayer que todavía permanecen bajo los vagones algunos elementos de infraestructura de las vías que hasta ahora han resultado inaccesibles y que pueden ser trascendentales para aclarar el siniestro.

En cualquier caso y al margen de las causas que hayan originado la colisión, el accidente de Torredembara ha vuelto a poner sobre la mesa la seguridad de los habitantes de decenas de municipios de la costa catalana, afectados por el paso de trazados ferroviarios de alta velocidad, como el Euromed. Numerosos vecinos de Torredembarra expresaron ayer su preocupación por el paso de este tren, que circulaba a 155 kilómetros por hora.

Los vecinos se mostraron ayer muy afectados por el trágico suceso después de participar algunos de ellos en las tareas de rescate, rompiendo vallas y vidrios de los vagones. El estruendo del choque de un tren regional Catalunya Express y un Euromed sólo se percibió en un estrecho radio de distancia. Algunos de los vecinos de la calle de Joaquín Costa, que limita con la valla que separa las vías del tren del casco urbano, se enteraron del accidente por la televisión. 'Lo vi por la tele, abrí la persiana y vi el Euromed frente a mí, descarrilado', explicó uno de ellos.

El accidente, además, ha evidenciado la vulnerabilidad de los edificios situados a escasos metros de las vías por las que discurren trenes a alta velocidad y sin apenas medidas de protección. La valla que separa una parte de la estación del núcleo urbano resulta absolutamente insuficiente para poder amortiguar los efectos de un accidente como el ocurrido el pasado sábado. Por si fuera poco, además, a escasos metros de la vía hay un camping separado por una pared de cemento que fue arrasada por los vagones.

Un ejemplo ilustrativo de los riesgos que comporta la proximidad de las vías con la zona urbana se vio en el contenedor de basuras que quedó hecho añicos por el impacto de uno de los bogies del Euromed que salió despedido al colisionar con el tren regional. Si esa pieza, de varias decenas de kilos de peso, llega a alcanzar a alguna persona que pasara por la zona en ese momento, las consecuencias hubieran sido terribles.

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