Un privilegio que nació tras un motín

El privilegio de la cofradía de Jesús El Rico de liberar un preso cada Miércoles Santo data de 1759. Entonces, una epidemia de peste diezmaba la población. No había en la ciudad hombres para sacar los tronos, lo que obligó a suspender las procesiones.

Los presos, conmovidos porque la imagen que se veneraba en una iglesia contigua a la cárcel no podría salir, le pidieron al alcaide que les permitiera sacarlo. Hay quien dice que así los reclusos querían que la protección divina librara a la ciudad de la peste. Desconfiadas por la posibilidad de una fuga, las autoridades penitenciarias rec...

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El privilegio de la cofradía de Jesús El Rico de liberar un preso cada Miércoles Santo data de 1759. Entonces, una epidemia de peste diezmaba la población. No había en la ciudad hombres para sacar los tronos, lo que obligó a suspender las procesiones.

Los presos, conmovidos porque la imagen que se veneraba en una iglesia contigua a la cárcel no podría salir, le pidieron al alcaide que les permitiera sacarlo. Hay quien dice que así los reclusos querían que la protección divina librara a la ciudad de la peste. Desconfiadas por la posibilidad de una fuga, las autoridades penitenciarias rechazaron la petición.

Los presos hicieron caso omiso a la negativa, se amotinaron y escaparon para llevar a hombros la imagen. Dicen los historiadores que fue una de las procesiones más largas de la época.

Acabado el desfile, todos los reclusos volvieron a presidio. Ninguno aprovechó la salida para vulnerar su condena. Y aún más. La vuelta a la cárcel coincidió con el fin de la epidemia, lo que fue interpretado como un milagro de la imagen.

El entonces rey Carlos III, impresionado con la historia humana y la supuesta capacidad milagrosa de El Rico, decidió conceder a la cofradía el privilegio de liberar a un reo todos los miércoles de Semana Santa. Así nació una pragmática que tiene más de dos siglos de historia.

Durante la pasada centuria todos los años se cumplió a rajatabla, a excepción de los cuatro años de la Guerra Civil. Según la tradición, el recluso es puesto en libertad tras la procesión de la imagen.

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Aunque supone la libertad, no siempre los presos aceptan ser beneficiarios de este privilegio. De hecho, este año un interno rechazó ser incluido en la terna. El director de la cárcel malagueña, Tomás Sanmartín, aclaró que a veces esta decisión obedece a razones religiosas.

El año pasado, el privilegio le fue concedido a un marinero, padre de tres hijos condenado por atracar dos bancos. Hace 11 años que El Rico no libera a una mujer.

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