Crónica:

Julio Cuadrado enfrenta las masas y lo íntimo en las imágenes que muestra en Vitoria

La exposición ofrece las series de fotografías 'Amontones' y 'Pensamientos ocasionales'

La búsqueda de la belleza en las aportaciones de la sociedad posindustrial es uno de los objetivos de Amontones, la primera de las dos series de fotografías que presenta Julio Cuadrado (Oviedo, 1969) en el Archivo del Territorio Histórico de Álava. Frente a estas siete grandes imágenes, el fotógrafo asturiano ofrece en Vitoria una colección de cajas de madera que en su interior acogen fotografías que sólo se pueden observar a través de una mirilla de puerta, intromisión en la privacidad frente a la obscenidad pública de la serie Amontones.

Las grandes fotogra...

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La búsqueda de la belleza en las aportaciones de la sociedad posindustrial es uno de los objetivos de Amontones, la primera de las dos series de fotografías que presenta Julio Cuadrado (Oviedo, 1969) en el Archivo del Territorio Histórico de Álava. Frente a estas siete grandes imágenes, el fotógrafo asturiano ofrece en Vitoria una colección de cajas de madera que en su interior acogen fotografías que sólo se pueden observar a través de una mirilla de puerta, intromisión en la privacidad frente a la obscenidad pública de la serie Amontones.

Las grandes fotografías de Julio Cuadrado presentan los excesos de la sociedad contemporánea, pero la denuncia se contiene con la plasticidad de otras imágenes que retratan la acumulación de objetos y materiales en otros momentos. Son fotografías sobre aluminio de formato cuadrado, en color, que ofrecen lo mismo una acumulación de palés en una zona industrial que el laberinto de columnas clásicas en el almacén de un museo.

En otra imagen, frente a una pila de jamones recién curados en un almacén de alimentación se ofrece el alineamiento ordenado de las tejas viejas de una casa en rehabilitación. En otras fotografías, aparecen rollos de papel higiénico sobre el depósito de una taza de cuarto de baño, mecheros gastados o neumáticos en un trabajo metafórico en el que la masa puede sobre el objeto.

Amontones ofrece la obscenidad pública de estos apilamientos, mientras que Pensamientos ocasionales busca adentrarse en la privacidad de la mirada ocasional, ingeniosa casi siempre. Son 15 fotografías, retroiluminadas, insertas en unas cajas de madera y que sólo se pueden ver a través de una mirilla.

El efecto que se consigue con este montaje hace que el visitante tenga la sensación de ser un voyeur, lo que confirma Cuadrado, cuando reconoce que son sus fotografías más íntimas. Aquí lo privado y lo cotidiano se revelan como el contrapunto frente a la agresión de las masas de la otra serie. No sólo por la disposición formal de las imágenes, sino por las instantáneas, que se adentran en lo más cercano, como la que investiga en los lunares del cuello de una joven, o el retrato anónimo de un ciudadano cualquiera.

En esta serie, hay también espacio para la ironía divertida. Ahí está, por ejemplo, ese diccionario abierto por la página encabezada por 'hor-', plantado en mitad del campo y repleto de hormigas; o ese par de dentaduras postizas en un vaso de agua, titulado Bodas de oro.

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¿De qué se ríen las patatas?, Rizando el rizo o Pensando en las nubes son otros de los títulos de las imágenes escogidas dentro de estos Pensamientos ocasionales. En todas ellas se trata de buscar el ingrediente poético de una situación casual o de un juego de imágenes buscado. Son pequeños poemas visuales que sólo pueden disfrutarse desde su cualidad de casi secretos.

Julio Cuadrado ha presentado su trabajo en distintas exposiciones en Asturias, con cuyo gobierno autonómico ha participado en la feria de arte contemporáneo Arco en los últimos tres años. La exposición de Vitoria, que estará abierta hasta el próximo 7 de abril,. es su primera muestra en solitario fuera de Asturias.

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