Reportaje:

El cura que se enamoró a través de Internet

Un pueblo de Salamanca recauda dinero para que su párroco traiga de Perú a su enamorada

Vecinos de Ituero de Azaba, un pequeño pueblo de Salamanca próximo a la frontera portuguesa, han abierto una colecta con el fin de conseguir las 250.000 pesetas que necesita el párroco del lugar, Alfonso Vegas Ramajo, de 40 años, para poder traer desde Perú a la mujer de la que se ha enamorado. En el Obispado de la diócesis de Ciudad Rodrigo esperan a recibir las explicaciones del sacerdote para tomar una decisión sobre un problema del que se han enterado 'por la calle', mientras que en el pueblo del que fue párroco durante 16 años, el vecindario se encuentra dividido entre los que apoyan al c...

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Vecinos de Ituero de Azaba, un pequeño pueblo de Salamanca próximo a la frontera portuguesa, han abierto una colecta con el fin de conseguir las 250.000 pesetas que necesita el párroco del lugar, Alfonso Vegas Ramajo, de 40 años, para poder traer desde Perú a la mujer de la que se ha enamorado. En el Obispado de la diócesis de Ciudad Rodrigo esperan a recibir las explicaciones del sacerdote para tomar una decisión sobre un problema del que se han enterado 'por la calle', mientras que en el pueblo del que fue párroco durante 16 años, el vecindario se encuentra dividido entre los que apoyan al cura, y han comenzado a recaudar dinero para ayudarle, y los que piensan de él que no ha respondido a su misión sacerdotal.

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Alfonso Vegas comenzó su relación con la mujer peruana a través de Internet, y esa comunicación caló tan hondamente en el sacerdote que, hace dos meses, decidió viajar a Perú para conocerla, por lo que se encuentra en ese país desde el pasado 28 de diciembre, según se ha indicado en el Obispado de Ciudad Rodrigo, diócesis de la que depende el cura; incluso se ha precisado que su permiso de estancia en Perú terminó ayer, último día de febrero, ya que el viaje incluía autorización por dos meses. Pero el episodio del párroco de Ituero de Azaba ha cobrado nueva dimensión a raíz de que, fechas atrás, llamara por teléfono a dos personas (al menos, así lo ha indicado una vecina del lugar) que consideraba amigas, para exponerles su situación: necesitaba 250.000 pesetas para poder pagar el billete de avión y demás trámites burocráticos de la mujer de la que se ha enamorado, porque quería regresar a España en su compañía.

La noticia ha caído por sorpresa en la curia de Ciudad Rodrigo, aunque ya se disponía de algunos rumores, como ha señalado el vicario de la diócesis, Nicolás Martín. Éste ha precisado que el sacerdote pidió al obispo de la diócesis civitatense permiso durante seis meses para dejar las parroquias de Ituero, Campillo y Castillejo de Azaba que venía atendiendo desde 1986, ya que -indicó por escrito- se sentía delicado de salud y deseaba reorientar y repensar su vida; incluso precisó que pensaba permanecer con su madre durante ese periodo, según el vicario de la diócesis de Ciudad Rodrigo.

Matías Martín ha señalado que el sacerdote emprendió viaje a Perú sin consentimiento del Obispado, al que no comunicó nada.

Una vez conocida la situación en la que se encuentra el cura, a raíz de una información del diario local El Adelanto, Nicolás Martín precisó que 'la posición de la Iglesia es que el celibato va unido al ministerio sacerdotal' , ha señalado el vicario, quien también ha precisado que 'todavía no sabemos que haya llegado a ningún paso importante con la mujer', y, por ello, no se tomarán medidas de inmediato, sino que las decisiones se postergarán hasta que termine su periodo de licencia que le exime de obligaciones eclesiales y 'exponga su postura y su pensamiento'.

En Ituero de Azaba, mientras, parte del vecindario ha decidido aportar dinero en la colecta abierta en el bar Almendro de la localidad en apoyo de la causa del sacerdote, mientras que otros consideran que el cura no actúa correctamente.

El alcalde, Manuel Muriedas, de Unidad Regionalista, ha indicado que 'es su decisión personal, y allá él: cada uno se arregla con su conciencia'.

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