OPINIÓN DEL LECTOR

Intervención policial en el Dos de Mayo

Soy un vecino del barrio madrileño de Malasaña. Como es de sobra conocido, y a raíz de los acontecimientos propiciados por el popular botellón, la plaza del Dos de Mayo ha sido ocupada por la policía durante los fines de semana de tal modo que no se permite entrar a la plaza a nadie que tenga la intención de consumir alcohol en el recinto.

Sin embargo, y aun comprendiendo la tensión por la que han pasado los vecinos del barrio en los últimos tiempos, sólo puedo decir que su actitud de consentimiento ante dicha intervención policial me parece un error.

La conducta excesiva ...

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Soy un vecino del barrio madrileño de Malasaña. Como es de sobra conocido, y a raíz de los acontecimientos propiciados por el popular botellón, la plaza del Dos de Mayo ha sido ocupada por la policía durante los fines de semana de tal modo que no se permite entrar a la plaza a nadie que tenga la intención de consumir alcohol en el recinto.

Sin embargo, y aun comprendiendo la tensión por la que han pasado los vecinos del barrio en los últimos tiempos, sólo puedo decir que su actitud de consentimiento ante dicha intervención policial me parece un error.

La conducta excesiva y la actitud retadora de un nutrido grupo de jóvenes será todo lo vituperable que se quiera, y sin duda es motivo más que suficiente para acciones vecinales y municipales. Pero en ningún caso legitima una intervención policial claramente ilegal, ya que, como es público, aún no se ha aprobado la ley que prohíba beber en la calle. Y bajo ningún concepto justifica la implantación de un Estado policial como el que estamos viviendo.

Hace un mes, la plaza era un espacio conflictivo. Ahora no es ni conflictivo ni no conflictivo; simplemente, no es.

Por último, señalar que en toda esta intervención sólo hay un beneficiado: el Ayuntamiento y su política. Una política que nunca se ha caracterizado por su amplitud de miras, y cuyas intervenciones más sonadas, como es el caso, parecen basarse en el convencimiento de que el fin justifica los medios, sean o no lícitos, y que el mejor medio para solucionar los conflictos, si no el único, pasa siempre por el prohibicionismo, las restricciones y la limitación de libertades.

Para otros, no sé; para mí, los derechos civiles son importantes. Y viendo el consentimiento general de ciertas acciones, a veces me avergüenzo de ser madrileño. Últimamente, demasiado a menudo.

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