Ellos también gozan y sufren

El retraso español en cuanto a una legislación punitiva por delito 'no se explica por nuestras costumbres', apunta el catedrático de Lógica y Filosofía, Jesús Mosterín, conocido por sus investigaciones, en defensa de los derechos y los sentimientos de los animales.

Para eliminar cualquier tentación de justificar este retraso recurriendo a la idiosincrasia nacional, Mosterín recuerda que Inglaterra tuvo sus corridas de toros y que en Europa en general hubo fiestas populares durante muchos siglos donde incluso se hacían ejecuciones públicas de los herejes. 'España tuvo una Edad Media, un ...

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El retraso español en cuanto a una legislación punitiva por delito 'no se explica por nuestras costumbres', apunta el catedrático de Lógica y Filosofía, Jesús Mosterín, conocido por sus investigaciones, en defensa de los derechos y los sentimientos de los animales.

Para eliminar cualquier tentación de justificar este retraso recurriendo a la idiosincrasia nacional, Mosterín recuerda que Inglaterra tuvo sus corridas de toros y que en Europa en general hubo fiestas populares durante muchos siglos donde incluso se hacían ejecuciones públicas de los herejes. 'España tuvo una Edad Media, un Renacimiento y un siglo XVI avanzados, pero cuando la ciencia moderna llegó a Europa, la España de Felipe II se había replegado en sí misma y la Ilustración no penetró en el siglo XVIII', relata Mosterín.

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Los primeros pasos legislativos ingleses para la protección de los animales datan de principios del siglo XIX. 'En España todavía no se ha tomado conciencia de que los animales tienen ánima y pueden gozar, sufrir, tener celos, miedo o angustia como nosotros', afirma el filósofo, para quien, cada vez más, la ciencia demuestra la semejanza entre el hombre y el animal. 'La corteza de los hemisferios cerebrales', explica, 'sirve para las matemáticas pero, debajo, está el sistema límbico que es con el que sentimos; y el de los animales es casi igual al nuestro. Todo esto tiene que traducirse en una acción legislativa que no se limite a meros delitos administrativos'.

Asociaciones e investigadores manifiestan que la mayoría de los españoles están sensibilizados hacia el problema, 'aunque existen unos lobis, el de los cazadores y los aficionados a los toros, por ejemplo, que viven de matar y torturar a los animales. Estas crueldades no tienen nada de específicamente hispano', remata el filósofo.