El carnaval llega a Cataluña

El ritmo y el bullicio del carnaval comienzan a sentirse en las calles de Barcelona. Desde que el pasado miércoles el barrio de Gràcia tuvo el honor de recibir al monarca Carnestoltes, acompañado de la Puta d'Oros, el Cuiner del Sarau y el General Bum-Bum, el carnaval quedó oficialmente inaugurado. Antes de las abstenciones de Cuaresma, se abre un periodo en el que triunfa la permisividad, se huye de lo cotidiano y la norma es la excepción. Las gentes, enfundadas en sus disfraces, salen a la calle para dar la murga e intentar contagiar al resto de los ciudadanos la alegría de una fiesta que es...

El ritmo y el bullicio del carnaval comienzan a sentirse en las calles de Barcelona. Desde que el pasado miércoles el barrio de Gràcia tuvo el honor de recibir al monarca Carnestoltes, acompañado de la Puta d'Oros, el Cuiner del Sarau y el General Bum-Bum, el carnaval quedó oficialmente inaugurado. Antes de las abstenciones de Cuaresma, se abre un periodo en el que triunfa la permisividad, se huye de lo cotidiano y la norma es la excepción. Las gentes, enfundadas en sus disfraces, salen a la calle para dar la murga e intentar contagiar al resto de los ciudadanos la alegría de una fiesta que estuvo prohibida durante la dictadura, pero que ha tenido en los últimos años un gran impulso en Cataluña.

Esta fiesta, que nació como un baile pagano que pretendía ser patrimonio de todas las gentes, ha recuperado su espíritu original. Actualmente no hay ciudad, pueblo o barrio catalán donde los habitantes se resistan a la tentación de disfrazarse y ejercer por una noche de aquello que soñaron ser durante el aburrido y cotidiano resto del año.

El espíritu de esta fiesta milenaria inundará la gran rua organizada por los mercados de Barcelona, que arranca esta tarde de Riera Blanca y durante una hora desfilará por las calles de Sants y de Creu Coberta antes de desembocar en la avenida de la Reina Maria Cristina, donde la fiesta y el jolgorio se alargarán hasta la medianoche.

Pero ésta no es la única apuesta del Ayuntamiento para el carnaval. Todos los distritos han programado mil y una actividades para honrar la fiesta de la carnalidad y el desenfreno, como el baile con orquesta organizado por el Distrito de Les Corts para la noche de hoy y las chocolatadas populares de Horta-Guinardó y el Eixample.

Pero el carnaval, desde luego, no acaba en Barcelona. Propuestas tan diversas y divertidas como la tomacada de Reus, la guerra de caramelos de Vilanova i la Geltrú y los tradicionales y coloristas desfiles de disfraces y carrozas de Sitges obligarán a sus habitantes -y a los numerosos visitantes- a disfrutar del espíritu carnavalesco.

Estas celebraciones se prolongarán hasta el próximo día 13, Miércoles de Ceniza, cuando se proceda al tradicional entierro de la sardina. En Ciutat Vella han preparado incluso una capilla ardiente con plañideras para despedir hasta el año que viene el carnaval y dar la (triste) bienvenida a la Cuaresma.