Trambaix

Hay un pacto de silencio. Nadie quiere hablar del Trambaix. Cuanto menos aparezca en los medios de comunicación mucho mejor, ya que cada vez que se toca el asunto engordan más las filas de los que lo desaprueban.

Es una inversión inútil y por tanto carísima, cuyo supuesto rendimiento podría obtenerse con sólo ampliar el carril-bus y aumentar un poco la frecuencia en horas punta de los autobuses de las líneas concurrentes en este itinerario. Una inversión que, además, no mejora en nada el problema de la avenida Diagonal. Al contrario, lo va a empeorar de forma notable. Una inversión qu...

Hay un pacto de silencio. Nadie quiere hablar del Trambaix. Cuanto menos aparezca en los medios de comunicación mucho mejor, ya que cada vez que se toca el asunto engordan más las filas de los que lo desaprueban.

Es una inversión inútil y por tanto carísima, cuyo supuesto rendimiento podría obtenerse con sólo ampliar el carril-bus y aumentar un poco la frecuencia en horas punta de los autobuses de las líneas concurrentes en este itinerario. Una inversión que, además, no mejora en nada el problema de la avenida Diagonal. Al contrario, lo va a empeorar de forma notable. Una inversión que cuando se ponga en marcha no encontraremos a nadie que asuma la responsabilidad política del invento.

Aún no se ha perdido todo. Amplíen el carril-bus, incrementen en horas punta algunas frecuencias de autobuses, amplíen la línea 3 del metro hasta Sant Joan Despí tan pronto como sea posible. Con estas medidas, además de las mejoras que supondrían, no tendríamos que iniciar otra vez las campañas para soterrar los tranvías (trenes) que pasan por medio de las ciudades.