Reportaje:APUNTES

La Universidad ante la nueva ley

Las instituciones de educación superior se enfrentan a 15 meses de cambios estructuralesEl proceso y el trabajo a invertir son calificados de 'costosos' e incluso 'estériles'

Cuando la Universidad de Valencia decidió el reparto de sufragios entre los diferentes estamentos de cara a la elección del nuevo rector, dejó bien explícito que se hacía 'por imperativo legal'. No era un etiquetado gratuito. La LOU obligaba a deshacer el delicado equilibrio de representación existente en la institución y dejar, por ejemplo, a los casi 2.000 profesores funcionarios no doctores con un cupo de votos de poco más del 10% en la elección de rector, a compartir, además, con becarios de investigación y profesores asociados, cuando hasta ahora su peso en el claustro era de, aproximadam...

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Cuando la Universidad de Valencia decidió el reparto de sufragios entre los diferentes estamentos de cara a la elección del nuevo rector, dejó bien explícito que se hacía 'por imperativo legal'. No era un etiquetado gratuito. La LOU obligaba a deshacer el delicado equilibrio de representación existente en la institución y dejar, por ejemplo, a los casi 2.000 profesores funcionarios no doctores con un cupo de votos de poco más del 10% en la elección de rector, a compartir, además, con becarios de investigación y profesores asociados, cuando hasta ahora su peso en el claustro era de, aproximadamente, un 30%. En el caso de esta universidad, la coincidencia de las elecciones a rector y la adaptación a la LOU complica por demás un periodo ya de por sí complejo y que afecta en diferente medida a todas las instituciones de educación superior valencianas. Las imprevisiones y precipitación de plazos asociados a la nueva ley cargan en cascada sobre las autonomías y las universidades problemas de alambicada solución.

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El nuevo rector que salga de las urnas el 26 de febrero habrá de afrontar de inmediato la elección de un claustro constituyente. 'De nuevo, los porcentajes de representatividad de los diferentes estamentos están por determinar', explica Pedro Ruiz, rector saliente. 'Es una tarea que compete a la junta de gobierno, al igual que fijar una fecha que necesariamente habrá de ser en mayo, antes de que comiencen los exámenes'. Ahora se discute si a los funcionarios no doctores se les asigna una cuota de representación propia, más próxima a su peso real en el cuerpo docente. La LOU pone como límite para la constitución de este órgano seis meses desde su publicación, el pasado 13 de enero. Este claustro de 300 miembros (el anterior tenía 430) será constituyente, por lo que su primera misión será la de elaborar unos nuevos estatutos para la universidad. 'Cuando eso suceda estaremos en el nuevo curso, que puede ser más movido aún que éste', aventura Pedro Ruiz, 'porque los estatutos habrán de estar listos antes de abril, de acuerdo con los plazos establecidos por la LOU'. El claustro decidirá si el recién elegido rector continúa o si se convocan nuevas elecciones, pormenor que habrá de ser reflejado en los estatutos.Los claustros amparados por la LOU podrán convocar nuevas elecciones a rector, pero la necesidad de contar para ello con dos tercios de sus miembros hace que sea poco probable adoptar una decisión de ese calibre. También decidirán si se autodisuelven tras su labor constituyente y convocan nuevas elecciones claustrales o prorrogan su mandato, lo que añade un nuevo elemento de incertidumbre a la situación actual.

La Universidad de Valencia, aparte de embarcarse en un largo proceso electoral y constituyente sobre plazos mínimos, habrá de abordar la composición del consejo de gobierno que, de acuerdo con la LOU sustituirá a la actual junta de gobierno. No se trata de un simple cambio de nombre. 'En nuestro caso', señala Pedro Ruiz, 'la composición cambia sustancialmente: ganará peso el equipo de gobierno, pero la representación de PAS y PDI será inferior a la actual y la de los estudiantes, ínfima'. El nuevo consejo de gobierno estará constituido por el rector, el gerente, el secretario general, tres representantes del Consejo Social ajenos a la universidad y un máximo de 50 miembros, de los cuales un 30% será determinado por el rector, otro tanto serán directores de centro y departamento y un 40%, claustrales. 'Para nosotros, no supondrá un gran cambio', reconoce por el contrario Francisco Toledo, rector de la Universidad Jaume I, 'ya que nuestra actual junta de gobierno tiene 45 miembros, repartidos por tercios entre miembros del claustro, directores de centros y nombramientos del rector'.

En todo caso, la junta de gobierno de la universidad castellonense se reunirá el 6 de febrero para fijar las elecciones claustrales ('confiamos que sea en abril', señala el rector), así como sus porcentajes de representación y diseñar, además, la metodología para establecer la composición del nuevo consejo de gobierno. 'De todos modos', subraya Toledo, 'será un trámite costoso'. Para el rector de la Jaume I, 'queda mucho trabajo por hacer, en parte estéril, puesto que funcionábamos a plena satisfacción. Muchos cambios de la LOU', añade, 'no mejoran sino que empeoran las cosas y, de momento, detraerán energías y trabajo de mucha gente que podrían dedicarse a mejorar la docencia y la investigación'. La elaboración de los nuevos estatutos requerirá la dedicación de todos los representantes claustrales de cada universidad. Las coincidencias con los antiguos estatutos serán inevitables. 'Procuraremos modificarlos lo menos posible, lo indispensable para adaptarlos a la LOU', señala Francisco Toledo. Por su parte, Pedro Ruiz, que ya no presidirá por esas fechas el equipo de gobierno de la Universidad de Valencia, prevé que se tomen 'los estatutos actuales como referente' para la redacción de los nuevos.

En la Universidad de Alicante, en estos momentos se negocian, igualmente, las proporciones de representación en el futuro claustro de los distintos estamentos y sectores, en el margen del 49% que deja la LOU, ya que el 51% de sus miembros habrán de ser profesores funcionarios doctores. Se pretende, según el secretario general, Juan Rosa, que a mediados de junio quede constituido el nuevo claustro. El 13 de febrero, tras los exámenes cuatrimestrales, se reunirá el actual claustro para fijar el proceso de aplicación de la LOU en el campus y estudiar la posible creación de una comisión académica. Pero el tiempo, como sucede en otras universidades, juega en contra, ya que la elección de nuevo claustro requiere publicar el censo, presentar candidaturas, celebrar campaña electoral y presentar alegaciones, entre otros trámites. 'Es un proceso que no se puede abordar en unas semanas, los fines de semana no cuentan y el mes de abril casi no tiene días lectivos', comenta Rosa, quien reconoce que 'será difícil cumplir los plazos previstos y la reforma puede plantear problemas orgánicos'.

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En la Universidad Miguel Hernández, el proceso de adaptación a la LOU coincide con el final del periodo transitorio tutelado por el Gobierno autónomico. Juana Gallar, vicerrectora de Ordenación Académica en la universidad ilicitana, calcula que el Consell en un plazo de 15 días 'publicará la normativa para la elección del nuevo claustro constituyente, más bien reducido', que comportará el inicio de un doble proceso electoral del que habrá de salir también el primer rector electo (no nombrado por el Gobierno) de la joven institución académica.

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