COYUNTURA NACIONAL

La recesión pasa factura

Como era de prever, la recesión por la que atraviesa la economía internacional está pasando factura a nuestro sector exterior. Como se ve en el gráfico superior izquierdo, las exportaciones de mercancías, que hasta el primer trimestre del pasado año constituyeron uno de los puntales del crecimiento del PIB, han ido perdiendo fuelle desde entonces hasta registrar en el mes de octubre último (por cierto, cada vez se retrasa más la publicación de los datos de comercio exterior) una caída interanual del 0,6% en términos reales. Es previsible que esta tendencia se haya acentuado en los dos meses re...

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Como era de prever, la recesión por la que atraviesa la economía internacional está pasando factura a nuestro sector exterior. Como se ve en el gráfico superior izquierdo, las exportaciones de mercancías, que hasta el primer trimestre del pasado año constituyeron uno de los puntales del crecimiento del PIB, han ido perdiendo fuelle desde entonces hasta registrar en el mes de octubre último (por cierto, cada vez se retrasa más la publicación de los datos de comercio exterior) una caída interanual del 0,6% en términos reales. Es previsible que esta tendencia se haya acentuado en los dos meses restantes del año y que continúe durante el primer trimestre del actual. Si ello es así, el crecimiento medio anual de 2001 se situará unas décimas por debajo del 3%, bien lejos del 12% alcanzado en el año anterior.

La recesión tiene elementos positivos, como el abaratamiento de productos de importación

Los resultados de las exportaciones por países y áreas geográficas son totalmente coherentes con la evolución económica de los mismos. Registran caídas desde el segundo o tercer trimestres del pasado año las destinadas a EE UU, Japón, Alemania y países de Oriente Próximo. Muestran un notable debilitamiento las destinadas al resto de países de la UE, con la excepción del Reino Unido y Portugal, y a los nuevos países industrializados de Asia. Mantienen tasas elevadas las de los países del Este de Europa, ex URSS y África. En cuanto a las destinadas a América Latina, los resultados son muy desiguales, con fuertes aumentos en México y Brasil y fuerte caída en Argentina.

También las importaciones han registrado una notable moderación, continuando la tendencia iniciada ya en el año 2000. Su evolución es paralela a la de la demanda interna, si bien en el tercer trimestre su desaceleración se acentuó mucho más que la de esta última, probablemente por un ajuste de existencias de productos importados ante el empeoramiento de las expectativas de consumo e inversión. Gracias a esto, la aportación al crecimiento del PIB del saldo exterior no se deterioró en ese periodo y el déficit comercial mejoró. Sin embargo, esta tendencia no ha continuado en octubre, y las importaciones han vuelto a crecer con fuerza (5,5% en términos reales). Ello y la caída de las exportaciones apuntan a una aportación negativa importante de la demanda externa neta al crecimiento del PIB durante el cuarto trimestre del pasado año.

El déficit comercial (véase gráfico derecho) acumulado en el periodo enero-octubre del pasado año se estabilizó al mismo nivel que el año anterior, tras la tendencia creciente de los tres años anteriores. A ello contribuyó la moderación del crecimiento real de las importaciones, pero el factor principal fue la caída de los precios de las importaciones, especialmente los del petróleo. Descontando los precios, el déficit hubiera aumentado un 7,3%.

En resumen, la recesión internacional está provocando un menor crecimiento de nuestra economía vía comercio exterior. No obstante, también puede encontrarse algún elemento positivo, como es el abaratamiento de los productos de importación, lo que se traduce en menor déficit comercial y en un aumento del poder adquisitivo de nuestras rentas.

Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros Confederadas para la Investigación Económica y Social (FUNCAS).

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