El Tribunal Superior andaluz ordena al Ayuntamiento de Sevilla combatir el 'botellón'

La sentencia critica la 'pasividad' municipal

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha ordenado al Ayuntamiento de Sevilla que adopte medidas para paliar los efectos secundarios de la movida juvenil. Una sentencia de la sala de lo Contencioso del TSJA admite la demanda que interpuso en 1997 una asociación de vecinos del barrio de El Arenal, en pleno centro de la ciudad, y reconoce la 'pasividad' del gobierno municipal para afrontar los problemas que ocasiona el famoso botellón. El alcalde de la ciudad, Alfredo Sánchez Monteseirín (PSOE), abogó ayer por que se aprueben normas que impidan consumir ...

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El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha ordenado al Ayuntamiento de Sevilla que adopte medidas para paliar los efectos secundarios de la movida juvenil. Una sentencia de la sala de lo Contencioso del TSJA admite la demanda que interpuso en 1997 una asociación de vecinos del barrio de El Arenal, en pleno centro de la ciudad, y reconoce la 'pasividad' del gobierno municipal para afrontar los problemas que ocasiona el famoso botellón. El alcalde de la ciudad, Alfredo Sánchez Monteseirín (PSOE), abogó ayer por que se aprueben normas que impidan consumir alcohol en la calle.

El Arenal es un barrio plagado de calles estrechas que se puso de moda hace algunos años entre los jóvenes como punto de encuentro las noches del fin de semana. La aglomeración trascendía de los bares de copas, que también abundan en la zona, y el barrio se convirtió en una especie de gran botellódromo en el que miles de jóvenes se divertían bebiendo en la calle hasta el amanecer haciendo oídos sordos a las quejas de los vecinos.

El Arenal ya no está de moda, pero el fenómeno del botellón sigue vigente en otras zonas de Sevilla y la sentencia del TSJA insta al ayuntamiento a que impida el consumo de bebidas alcohólicas en la calle, la utilización de ésta como 'urinario público' y el uso de aparatos musicales de gran potencia en la vía pública, así como a que controle el ruido de motocicletas y facilite el acceso de los vecinos a sus viviendas.

'No se trata de ejercer una represión policial', advierte el TSJA, 'sino de denunciar una y otra vez las infracciones administrativas, incomodar y disuadir sin descanso a los jóvenes en sus comportamientos y no favorecer mediante cortes de tráfico y vallas dichas concentraciones, porque los derechos de los jóvenes a expresarse y reunirse encuentran sus límites en los derechos de los demás ciudadanos a la libre circulación, al descanso y a la propia vida entendida en un sentido amplio'.

La sentencia subraya que parte de la 'responsabilidad' en este fenómeno recae en los padres, los educadores y la sociedad en general, 'porque la falta de educación, cultura, solidaridad y civismo de nuestros jóvenes son la causa de los efectos indeseables de este fenómeno social'. 'Ahora bien', continúa la sentencia, 'no estamos enjuiciando aquí a los padres, educadores, a la sociedad, sino revisando una inactividad de la Administración municipal'.

El alcalde de Sevilla, el socialista Alfredo Sánchez Monteseirín, asumió ayer como 'un estímulo' la sentencia del TSJA más que como 'un tirón de orejas'. Sánchez Monteseirín recordó que la condena del alto tribunal andaluz alude a unas quejas vecinales que se produjeron en 1996 y 1997, cuando Soledad Becerril (PP) ocupaba la alcaldía.

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'En la vanguardia'

Frente a la 'inhibición' con la que, según el alcalde, afrontaba el gobierno popular el fenómeno de la movida, el Ayuntamiento de Sevilla está ahora 'en la vanguardia' en cuanto a las medidas que se aplican para combatir los problemas del botellón.

El pasado año se creó en la capital hispalense la llamada Mesa para la Convivencia en la Noche de Sevilla, que reúne a técnicos de las administraciones y a entidades juveniles y vecinales, y que trata de coordinar todos los servicios municipales en favor de una movida 'más sana y menos molesta'.

Según informó ayer el ayuntamiento, en la primera fase de aplicación del plan, a finales de 2001, se realizaron 119 inspecciones en bares de zonas de movida, se precintaron siete locales y se detectaron nueve casos de incumplimiento de horario y 11 actividades con deficiencias. Una vez concluida la primera fase de implantación, según el ayuntamiento, a principios de enero se puso en marcha la fase de coordinación operativa entre todos los servicios municipales. Además, en marzo de 2001 se aprobó la nueva Ordenanza Municipal de Protección del Medio Ambiente en Materia de Ruidos y Vibraciones.

El alcalde exigió ayer, no obstante, que se creen instrumentos legales para impedir el consumo de alcohol en las calles, una de las actuaciones a las que le insta el TSJA, pero que, según Monteseirín, no está en su mano. 'Nosotros hemos creado los instrumentos que podemos crear', subrayó el alcalde de Sevilla, 'pero el consumo de alcohol en la calle no puede evitarse porque no hay una regulación legal que nos permita actuar en ese sentido'.

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