60 empleados de la EMT 'patrullan' el carril-bus
Los 60 empleados de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) a los que el Ayuntamiento ha encargado esta Navidad el control de los carriles-bus comenzaron ayer a patrullar. Algunos de ellos a pie y otros conduciendo 10 coches Smart prestados al Ayuntamiento para la campaña.
Estos operarios, por orden del concejal de Movilidad, Sigfrido Herráez, vigilan las vías principales de la ciudad reservadas a los autobuses. Su misión es denunciar, si llega el caso, a los automovilistas que aparcan en los carriles-bus de forma ilegal y que impiden u obstaculizan el paso del transporte públi...
Los 60 empleados de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) a los que el Ayuntamiento ha encargado esta Navidad el control de los carriles-bus comenzaron ayer a patrullar. Algunos de ellos a pie y otros conduciendo 10 coches Smart prestados al Ayuntamiento para la campaña.
Estos operarios, por orden del concejal de Movilidad, Sigfrido Herráez, vigilan las vías principales de la ciudad reservadas a los autobuses. Su misión es denunciar, si llega el caso, a los automovilistas que aparcan en los carriles-bus de forma ilegal y que impiden u obstaculizan el paso del transporte público. Las vías que más vigilarán serán las calles de Serrano y de Goya, por lo general (y más estos días) repletas de coches mal aparcados.
Sigfrido Herráez asegura que la medida puesta en marcha ayer 'está siendo positiva, aunque hay que ser cauto'. El edil considera que se podrá calibrar el éxito del método cuando hayan pasado cuatro o cinco días. 'Para entonces, la EMT ya tendrá datos de la velocidad de sus autobuses en los carriles-bus vigilados por estos controladores. Si la velocidad ha subido, se podrá afirmar que el método ha servido', añade Herráez.
No es la primera vez que el concejal de Movilidad Urbana busca soluciones para impedir que los carriles reservados a los autobuses municipales sean ocupados por coches mal aparcados. El año pasado, el Ayuntamiento instaló en Navidad unos conos de separación. Según Herráez, el sistema funcionó. Después decidió instalar unas balizas de goma que evitan también la invasión. Fueron colocadas a lo largo de unos 30 kilómetros de carril-bus. Por sus 'buenos resultados', el Ayuntamiento piensa extenderlas ahora. En la capital hay cerca de 110 kilómetros de carril-bus.