FALTAN 14 DÍAS

Los alemanes olvidan sus reticencias y hacen largas colas para conseguir euros

La nieve y el frío no lograron impedir ayer que los alemanes, a pesar del escepticismo en algunos sectores, se hicieran con millones de euromonederos, similares a los que ya el sábado se comenzaron a distribuir en España. Sin tanta pompa, pero con el mismo entusiasmo, también griegos y portugueses se agolparon ayer frente a las sucursales bancarias para recibir las primeras monedas europeas.

La mayor emoción en Alemania se vivió en Francfort, sede del Banco Central Europeo (BCE), donde, tras un sonoro golpe en un gigantesco gong, a las cero horas de ayer, miles de ciudadanos se aglomera...

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La nieve y el frío no lograron impedir ayer que los alemanes, a pesar del escepticismo en algunos sectores, se hicieran con millones de euromonederos, similares a los que ya el sábado se comenzaron a distribuir en España. Sin tanta pompa, pero con el mismo entusiasmo, también griegos y portugueses se agolparon ayer frente a las sucursales bancarias para recibir las primeras monedas europeas.

La mayor emoción en Alemania se vivió en Francfort, sede del Banco Central Europeo (BCE), donde, tras un sonoro golpe en un gigantesco gong, a las cero horas de ayer, miles de ciudadanos se aglomeraron en torno a unas cuantas oficinas bancarias en las que se podían comprar, por 20 marcos alemanes, las primeras dotaciones de la moneda europea.

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Entre empujones y gritos, los más afortunados alcanzaron a adquirir su starter kit (anglicismo con el que en Alemania se han denominado los euromonederos) de manos del mismísimo presidente del Bundesbank, Ernst Welteke. En esta ciudad de banqueros y corredores de Bolsa, los festejos continuaron todo el día y se cerraron, anoche, con fuegos artificiales. También en Colonia, al norte de Francfort, se alcanzó a vivir un ambiente festivo, amenizado con la excelente cerveza local (kölsch), en el cierre de la campaña de información del euro que durante meses recorrió todo el país.

El alboroto fue menor en otras ciudades, donde, si bien se formaron pequeñas colas en sucursales bancarias y cajas de ahorro, la gente recibió con tranquilidad la llegada de la nueva moneda. 'Todos se están comportando de manera muy civilizada. Me lo imaginaba peor', destacó un empleado bancario.

En Berlín fueron sobre todo pensionistas los que ayer por la mañana, en algunas oficinas, incluso alcanzaron a agotar las existencias de euromonederos. Para muchos de ellos, éste ya es el tercer cambio de moneda, tras la introducción del marco alemán, en 1948, y la adopción de esta misma divisa por la República Democrática Alemana, en 1990, poco antes de la reunificación del país. 'En 1948, el marco fue para nosotros el inicio de una nueva época. Ahora me da lástima que lo perdamos', dijo una señora de 83 años.

Emociones mezcladas

Cerca de la mitad de los ciudadanos alemanes se mantiene escéptica sobre la introducción del euro en efectivo, según los últimos sondeos. Sin embargo, los atisbos de alegría vistos ayer podrían indicar que estas reticencias están disminuyendo, según Welteke, quien incluso cree que, poco a poco, se está suscitando una verdadera 'euforia'. Al menos algunos comentarios parecen confirmarlo. Una chica de 20 años se alegraba en Berlín: 'Me encanta porque también tendré monedas de Grecia e Irlanda en mi billetera'.

En el reverso de las monedas alemanas se ha acuñado una rama de roble (en el caso de las piezas de 1, 2 y 5 centavos), la puerta de Brandeburgo (10, 20 y 50 centavos) y un águila, ave heráldica de la República Federal (1 y 2 euros). En total, el Bundesbank ha puesto a disposición de los bancos y las cajas de ahorro del país 53,5 millones de estas dotaciones iniciales. En el probable caso de que la curiosidad de los ciudadanos agote en los próximos días la primera edición, el banco central alemán proveerá euromonederos adicionales.

Alemanes, en Erfurt, a las doce de la noche, para comprar euromonederos.EPA

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