VIOLENCIA EN ORIENTE PRÓXIMO

Un nuevo atentado suicida palestino causa 10 heridos en Jerusalén

La Yihad Islámica reivindica la acción

Cuando apenas se habían cumplido 72 horas del último atentado terrorista -el sábado por la noche- en el centro de Jerusalén en el que murieron 12 personas, un nuevo suicida palestino lograba volver a infiltrarse en el corazón de la ciudad, para inmolarse frente a un lujoso hotel. La operación, que causó una decena de heridos, cinco de ellos graves, fue reivindicada por la organización fundamentalista Yihad Islámica.

Daud Alí Ahmad Abu Sawwi, de 24 años, originario de la villa de Irtas, cerca de Belén, se suicidó ayer con una carga explosiva que llevaba adherida al cuerpo, ante el hotel ...

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Cuando apenas se habían cumplido 72 horas del último atentado terrorista -el sábado por la noche- en el centro de Jerusalén en el que murieron 12 personas, un nuevo suicida palestino lograba volver a infiltrarse en el corazón de la ciudad, para inmolarse frente a un lujoso hotel. La operación, que causó una decena de heridos, cinco de ellos graves, fue reivindicada por la organización fundamentalista Yihad Islámica.

Daud Alí Ahmad Abu Sawwi, de 24 años, originario de la villa de Irtas, cerca de Belén, se suicidó ayer con una carga explosiva que llevaba adherida al cuerpo, ante el hotel Metzudat David (Fortaleza de David), antiguo Hilton, en la calle King David.

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Los restos sanguinolentos del suicida mancharon la fachada de piedra blanca del hotel, alcanzando algunas ventanas del primer piso, y quedaron diseminados por el asfalto en un radio de decenas de metros. La cabeza del suicida, separada del tronco, fue localizada por la policía después de una larga búsqueda encima de unos arbustos.

En el momento del atentado se encontraban en el interior del hotel el ministro de Interior israelí, Uzi Landau, responsable de la policía, y el ministro de Asuntos Religiosos, Asher Ojana, ambos reconocidos activistas de la extrema derecha. Quince minutos antes del atentado había abandonado el hotel otro conocido político radical: el alcalde de Jerusalén, Ehud Olmert.

Un centenar de metros más allá del lugar del atentado se encuentra otro lujoso hotel, el King David, en el que permanecían ayer alojadas entre otras personalidades el emisario de la Casa Blanca, el ex general Anthony Zinni, y el enviado de la Unión Europea en la zona, el diplomático español Miguel Ángel Moratinos.

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Al parecer, el suicida había llegado al centro de Jerusalén después de un largo viaje por las montañas, con el fin de eludir las carreteras, en una operación diseñada por Yihad Islámica para vengar los bombardeos de los últimos días sobre las ciudades palestinas. La dirección de la organización reivindicó la operación en un comunicado enviado ayer a Beirut. Por razones que ayer se desconocían, la carga explosiva se activó antes de que el kamikaze pudiera llegar a su objetivo.

'No sabemos cómo ha podido producirse el fallo', declaró ayer el jefe de policía de Jerusalén refiriéndose al error que llevó al suicida a hacer explotar su carga antes de tiempo. El mando policial, sin embargo, no explicó otro fallo igualmente importante, el de los servicios de vigilancia israelíes, que permitieron al terrorista suicida llegar hasta el corazón de Jerusalén, a poco menos de 500 metros del lugar donde el pasado domingo se inmolaron otros dos jóvenes suicidas de Hamás, causando 12 muertos.

Como consecuencia de este nuevo atentado, las autoridades israelíes adoptaron ayer medidas drásticas. Las fronteras de la ciudad fueron reforzadas extraordinariamente y pusieron a Jerusalén en situación de asedio, salvo por la zona que une a la ciudad con el resto de Israel. Las carreteras que comunican la ciudad con los territorios autónomos palestinos se han llenado de controles del Ejército israelí.

Estas medidas de seguridad han convertido la ruta entre Jerusalén y Ramala en un verdadero vía crucis, en el que los vehículos se ven obligados a esperar durante horas para pasar los controles de la policía. Todos los ciudadanos, incluidos los escolares, que pasan de un lado a otro de la zona, eran ayer identificados. 'Estamos decididos a impedir que los asesinos se paseen por nuestras calles', aseguraba ayer un mando policial.

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