Premià de Mar recoge 5.500 firmas contra la instalación de una mezquita

La posibilidad de que los musulmanes tengan un espacio propio en Premià de Mar para poder practicar sus ritos ha vuelto a topar con un impedimento. Antes del verano, el revuelo se levantó cuando un grupo de vecinos se opuso a la reunión de los inmigrantes en un local que desde hacía años tenían habilitado como mezquita en el centro de la población. El consistorio, además, les requirió para que lo abandonasen cumpliendo una orden judicial.

El local de la calle de Núria fue abandonado definitivamente la semana pasada y ahora algunos ciudadanos, que no se han querido identificar públicamen...

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La posibilidad de que los musulmanes tengan un espacio propio en Premià de Mar para poder practicar sus ritos ha vuelto a topar con un impedimento. Antes del verano, el revuelo se levantó cuando un grupo de vecinos se opuso a la reunión de los inmigrantes en un local que desde hacía años tenían habilitado como mezquita en el centro de la población. El consistorio, además, les requirió para que lo abandonasen cumpliendo una orden judicial.

El local de la calle de Núria fue abandonado definitivamente la semana pasada y ahora algunos ciudadanos, que no se han querido identificar públicamente, han creado una plataforma de oposición a la instalación de una mezquita en la calle de Joan Prim.

Por el momento ya han conseguido el apoyo de 5.545 personas, las cuales han firmado un documento en el que exponen sus reticencias a que el nuevo centro de culto se acabe instalando en los terrenos que este colectivo tiene en dicha calle. Según exponen, la implantación de un centro de culto supondrá 'el establecimiento masivo de familias musulmanas', con la posterior 'creación de barrios donde será muy difícil la convivencia futura'. Los firmantes sugieren que la mezquita se instale en un polígono industrial o en 'cualquier otro terreno que no sea puesto con calzador en medio de un lugar donde la gente tiene otra forma de rezar, de pensar y de vivir'.

El escrito se ha presentado en el Ayuntamiento de Premià y en el Departamento de Gobernación de la Generalitat, acompañado por las firmas de apoyo, coincidiendo con la apertura del plazo para presentar alegaciones a la aprobación del proyecto de construcción de la mezquita.

El concejal de Bienestar Social, Joan García, que ha actuado de mediador en el conflicto reuniéndose con asociaciones de vecinos e inmigrantes, opina que el problema precisamente está en encontrar un interlocutor adecuado. 'No estamos haciendo oídos sordos a nadie ya que nuestra intención es respetar los acuerdos a los que llegamos, que pasan por no tomar ninguna decisión sobre la instalación de la mezquita sin el consenso de las dos partes'. El colectivo musulmán, según el Ayuntamiento, 'no pone trabas para hablar y tiene una actitud muy positiva'.

Un año más, mientras la comunidad no dispone de un espacio de reunión, el consistorio ha cedido provisionalmente, hasta el 18 de diciembre (cuando comenzarán unas obras de adecuación), parte de las instalaciones del colegio Voramar para que practiquen sus oraciones.

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