Tribuna:DEBATE

Búsqueda de un nuevo equilibrio

El litoral es la franja de terreno entre la tierra y el mar que conforma una unidad geomorfológica. Sobre esta estrecha franja costera el hombre ha intervenido constantemente, pero su interés había quedado reducido a la localización estratégica de los puertos y ciudades en lugares seguros y saludables. Ha sido a lo largo del siglo XX cuando ha cambiado el concepto sobre el valor y el aprovechamiento en el litoral. Esta valoración social subjetiva, sólo ha cambiado en los últimos 30 o 40 años con el descubrimiento de la actividad turística y las operaciones urbanísticas, centradas en una idea d...

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El litoral es la franja de terreno entre la tierra y el mar que conforma una unidad geomorfológica. Sobre esta estrecha franja costera el hombre ha intervenido constantemente, pero su interés había quedado reducido a la localización estratégica de los puertos y ciudades en lugares seguros y saludables. Ha sido a lo largo del siglo XX cuando ha cambiado el concepto sobre el valor y el aprovechamiento en el litoral. Esta valoración social subjetiva, sólo ha cambiado en los últimos 30 o 40 años con el descubrimiento de la actividad turística y las operaciones urbanísticas, centradas en una idea de un librecambio feroz que intentaba justificar la desorbitada especulación del suelo, con unas consecuencias graves e irreversibles, como podemos comprobar asiduamente y en especial en los últimos días.

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La costa valenciana no ha estado pasiva ni indiferente a este proceso que, además, se ha producido de una forma 'histérica', y que ha determinado que el litoral sea hoy, posiblemente, el espacio con mayor acumulación de riesgos. Con una costa de 470 kilómetros de longitud, queda menos del 20% por ocupar, y en buena medida se debe a dificultades del medio físico (montaña, marjal), a la existencia de espacios próximos más fáciles de ocupar, o bien a recientes preservaciones hechas por la normativa ambiental. Con la acumulación del 70% de la población total valenciana, donde los asentamientos (ciudades, pueblos y residencias secundarias), las infraestructuras (puertos comerciales y náuticos, carreteras y ferrocarriles), y la agricultura intensiva quedan a merced de las afecciones del agua de ríos y barrancos, de la inundación de zonas bajas (depresiones y marjales) y de la bravura del mar, el litoral aparece más frágil y delicado.

Es hora, pues, de replantearnos el desequilibrio generado con la modificación arbitraria de la costa, y también si el valor del litoral lo es más por su escasez y singularidad que por la cantidad de metros que se pueda construir, y que por ello hace falta intervenir de una forma clara y decidida. Por ello, nos queda la esperanza que la futura ley de ordenación del territorio intervenga este espacio de forma clara si queremos salvar alguna parte de este espacio o garantizar una futura intervención basada en parámetros de sostenibilidad. Mientras ésta llega se deberían, de forma cautelar, suspender todo tipo de licencias y cambios de uso fuera del suelo urbano a la vez que se garantizan los recursos necesarios para cualquier intervención futura. Sólo así se puede asegurar que el litoral no morirá.

Jeroni Banyuls i Garcia es geógrafo y concejal de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente en el Ayuntamiento de Gandia.

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