Las políticas de inmigración, ausentes en el debate del presupuesto de Bienestar Social

A pesar de la reciente creación de una subsecretaría específica para la inmigración en el seno del Consell, las políticas de atención a los inmigrantes apenas merecieron ayer alguna mención de pasada en el debate suscitado en la comisión de Economía de las Cortes donde el titular de la Consejería de Bienestar Social, Rafael Blasco, explicó el presupuesto de su departamento. Y es que esa subsecretaría no aparece en un presupuesto que sólo destina 140 millones de pesetas a políticas relacionadas con la inmigración, según denunciaron los socialistas.

En su exposición inicial, Blasco coment...

A pesar de la reciente creación de una subsecretaría específica para la inmigración en el seno del Consell, las políticas de atención a los inmigrantes apenas merecieron ayer alguna mención de pasada en el debate suscitado en la comisión de Economía de las Cortes donde el titular de la Consejería de Bienestar Social, Rafael Blasco, explicó el presupuesto de su departamento. Y es que esa subsecretaría no aparece en un presupuesto que sólo destina 140 millones de pesetas a políticas relacionadas con la inmigración, según denunciaron los socialistas.

En su exposición inicial, Blasco comentó que la reciente reforma administrativa de la Consejería de Bienestar Social, que incluye la creación de la figura del Comisionado del Gobierno para la Inmigración, sitúa a su departamento en una posición de 'referente en las políticas de vulnerabilidad' y ante el reto de la integración de los inmigrantes en un contexto de multiculturalidad. Pero fue prácticamente la única referencia que el consejero hizo a las políticas de inmigración, en las que los grupos de la oposición tampoco insistieron después de que Blasco diera la callada por respuesta a las críticas que éstos formularon ante la escasa cantidad que el presupuesto de la Consejería de Bienestar Social para 2002 dedica a los programas de atención a los inmigrantes.

El diputado socialista Antonio Torres puso de relieve que la nueva subsecretaría para la inmigración no cuenta con una partida presupuestaria propia y señaló que en sus cuentas para el año próximo el departamento de Blasco sólo dedica a estos colectivos 140 millones de pesetas, 'todo destinado a la provincia de Valencia', recalcó. 'Con ese presupuesto no se puede hacer frente a las necesidades', añadió Torres.

Blasco defendió que los Presupuestos de la Generalitat para 2002 implican la apertura de un nuevo ciclo gestor de los servicios sociales que, basado en los principios de eficacia, protección e integración social, reforzará la calidad de estos servicios. Son 'los presupuestos más sociales de la historia', dijo, para añadir que, 'con los números en la mano, la consolidación de las políticas sociales es un hecho'. En tono conciliador, el consejero invitó a los grupos de la oposición a 'avanzar conjuntamente hacia políticas sociales adecuadas que puedan resultar ventajosas para la sociedad valenciana.' Según Blasco, las cuentas de su departamento, que en 2002 dispondrá de 342,7 millones de euros (57.000 millones de pesetas, lo que supone un 9,88% más que este año), 'se ajustan a las necesidades', aunque reconoció: 'No cubren todas las necesidades, pero la apuesta es importante'.

La oposición criticó que la mayor parte del crecimiento del presupuesto de Bienestar Social se lo llevan los capítulos de gastos de personal y de gasto corriente, mientras se cierran centros propios para cederlos al sector privado a través de conciertos. En este sentido, el diputado de Esquerra Unida Ramon Cardona consideró que lo que el PP define como iniciativa social es simple negocio privado. La iniciativa social 'es positiva', defendió Cardona, siempre que cumpla con el requisito de no tener ánimo de lucro, algo que, según dijo, el PP 'no entiende', de manera que entrega los servicios al sector privado, 'cuyo objetivo es ganar dinero'.