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¿Son seguras las plantas químicas?

Las administraciones aumentan el control en el polígono de Tarragona tras el accidente de Toulouse

Los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono, el pasado 11 de septiembre, y la explosión en la fábrica de fertilizantes AZF de Toulouse, 10 días después, que ocasionó 30 muertos y miles de damnificados, no han dejado impasibles ni a la provincia ni a la ciudad de Tarragona. Con dos polígonos petroquímicos que rodean la capital, pero también con tres centrales nucleares, en Ascó y Vandellòs, y una química en Flix, la luz de alerta se ha encendido y, sin alarmismos desaforados, todas las administraciones -central, autonómica y local- se han puesto en marcha para insistir ...

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Los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono, el pasado 11 de septiembre, y la explosión en la fábrica de fertilizantes AZF de Toulouse, 10 días después, que ocasionó 30 muertos y miles de damnificados, no han dejado impasibles ni a la provincia ni a la ciudad de Tarragona. Con dos polígonos petroquímicos que rodean la capital, pero también con tres centrales nucleares, en Ascó y Vandellòs, y una química en Flix, la luz de alerta se ha encendido y, sin alarmismos desaforados, todas las administraciones -central, autonómica y local- se han puesto en marcha para insistir nuevamente en la seguridad interna y externa de los complejos petroquímicos.

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El accidente de Toulouse en la planta de AZF, cuyas causas todavía se desconocen, comportó una reunión inmediata en el Ayuntamiento de Tarragona de representantes locales, autonómicos y de la Asociación Empresarial Química (AEQT), en la que se acordó realizar un seguimiento del accidente, comprobar sus causas y verificar si un suceso similar podía acaecer en los polígonos Norte o Sur de Tarragona.

En todo momento, las autoridades mantuvieron que un accidente como el de AZF no sería reproducible por el tipo de producto que explotó, mientras que una delegación de los cinco grupos municipales de la ciudad se dirigían a comprobar in situ la situación de las plantas químicas en Toulouse. Llegaron a similares conclusiones después de comprobar que los franceses no disponían ni siquiera de un plan de emergencia exterior, que sí existe en Tarragona.

La Federación de Asociaciones de Vecinos de Tarragona (FAVT) recordó la presencia de barrios cercanos al polígono Sur, en el que habitan hasta 30.000 personas y reclamó la realización de simulacros de emergencia con mayor asiduidad y de forma más generalizada. El alcalde de Tarragona, Joan Miquel Nadal, el mismo día que partía hacia la ciudad francesa reclamó de las químicas que se sometieran a auditorías externas de forma voluntaria, en tanto que la Generalitat, competente en materia de seguridad química y responsable del Plan de Seguridad Exterior Química de Tarragona (Plaseqta), recordó que la aplicación de la normativa Seveso-II, que sirve de base para la actualización del plan, ya prevé la realización de un análisis integral de la situación de las empresas químicas. Unos informes que ya se están llevando a cabo bien a través de la propia institución, bien a través de empresas homologadas para ello.

El accidente de Toulouse eclipsó por unos momentos la atención por los atentados en Estados Unidos. La Junta de Portavoces del Ayuntamiento de Tarragona, a instancias del PSC, acordó la creación de una ponencia para el seguimiento de la revisión del Plaseqta. Iniciativa per Catalunya-Verds propuso a su vez que el Plan General de Ordenación Urbana de la ciudad recogiera un perímetro de seguridad no urbanizable de 1.000 metros alrededor de los polígonos.

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La información a los ciudadanos, los simulacros, la limitación del uso de empresas subcontratadas en las químicas, la necesidad de ampliar la estrategia de seguridad en caso de explosión o cómo garantizar el confinamiento de la población cuando una detonación ha podido reventar los cristales, son algunas de las cuestiones que el accidente ha puesto encima de la mesa.

Pero la seguridad externa también es materia de discusión. Después de ver cómo dos aviones comerciales se estrellaban contra el World Trade Center de Nueva York y tras los dos atentados contra instalaciones químicas en Tarragona, la seguridad externa vuelve otra vez a estar en la mira de los ciudadanos. Esta semana, la autoridad portuaria de Tarragona, la Generalitat y la Subdelegación del Gobierno han acordado incrementar el número de agentes de seguridad para la vigilancia exterior de los complejos petroquímicos, lo cual se suma a la directriz emanada del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) para aumentar los controles en los perímetros externos de los complejos atómicos de Ascó (Ribera d'Ebre) y Vandellòs (Baix Camp).

Tarragona dispone del polígono petroquímico más grande del sur de Europa.JOSEP LLUÍS SELLART

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