El oro pierde terreno como valor refugio

El precio del metal no se dispara como en otras épocas de crisis de las bolsas

El oro ya no es el refugio que fué para tiempos de guerra. Su precio, como el del petróleo, se disparó el 11 de septiembre, pero ha retornado a la normalidad corrigiendo la subida y apenas ha variado desde los ataques terroristas contra Nueva York y Washington.

El precio del oro, nada más conocerse los atentados, marcó su máximo en los tres años y medio últimos y alcanzó los 293 dólares por onza. Sin embargo, al contrario de lo que sucedió en otros desplomes bursátiles como el que sobrevino tras los ataques terrristas, los inversores no siguieron apostando por el mercado del oro y la co...

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El oro ya no es el refugio que fué para tiempos de guerra. Su precio, como el del petróleo, se disparó el 11 de septiembre, pero ha retornado a la normalidad corrigiendo la subida y apenas ha variado desde los ataques terroristas contra Nueva York y Washington.

El precio del oro, nada más conocerse los atentados, marcó su máximo en los tres años y medio últimos y alcanzó los 293 dólares por onza. Sin embargo, al contrario de lo que sucedió en otros desplomes bursátiles como el que sobrevino tras los ataques terrristas, los inversores no siguieron apostando por el mercado del oro y la cotización del metal cayó 10 dólares.

Los precios del cobre, el gas y el café están en mínimos históricos y son sólo ejemplos del desplome generalizado de las materias primas

La mayoría de los analistas coincide en afirmar que el oro ha cedido mucho terreno como valor refugio en manos de una fuerte divisa estadounidense, que, a pesar de perdido frente al euro en las semanas siguientes a los atentados, en los primeros días de octubre se ha recuperado, sobre todo en la última semana, en la que se revalorizó un 2,2% frente a la moneda única europea. la década de los noventa marcó el fin del reinado del oro como valor refugio. En esos años, la cotización del metal cayó a un mínimo de 20 años frente al auge de los mercados bursátiles.

Los títulos de los dos principales productores de oro del mundo, la surafricana Anglogold y la estadounidense Newmont Mining, apenas se ha revalorizado con el último ímpetu pasajero que se centró en el mercado. Las acciones de Anglogold llegaron a los 37,40 euros el día de los atentados y en la última semana estaban por debajo de los 36. Las de Newmont corrieron igual suerte, llegaron a revalorizarse hasta los 27 euros pero el viernes pasado estaban por debajo de los 23,50.

La incertidumbre que dejó el ataque terrorista contra EEUU y que agudizó una crisis económica mundial que ya era grave antes del 11 de septiembre ha tenido un efecto aún más negativo en el precio de las materias primas en general. Es verdad que los atentados agravaron el panorama, pero éste ya era negro desde que comenzó 2001 al ir acentuándose la debilidad de la economía de EE UU.

Desplome generalizado

El precio del gas natural se ha desplomado un 80% en lo que va de año. El cobre y el café están en mínimos de dos y nueve años, respectivamente, y el algodón en su nivel más bajo desde 1996. Debido a que la industria automovilística ha recortado drásticamente su producción, el precio del platino ha caído un 25% desde enero. El platino es un componente crucial de los catalizadores de los coches. Aunque las cifras gubernamentales prevén que la demanda de acero crecerá un 0,5% este año en EE UU y Europa, los industriales creen que esa proyección es muy optimista porque ellos están notando el efecto contrario, una creciente contracción del consumo.

El índice de materias primas de Goldman Sachs, que aglutina 26 mercados de diferentes materias primas ha retrocedido más de un 25% desde enero hasta los primeros días de este mes. No obstante, sin subestimar el porcentaje de caída, hay que recordar que el mayor peso en este índice lo tiene el mercado energético y sin duda el crudo y el gas natural son los grandes perdedores este año.

Hay, sin embargo, algunas materias primas que están sorteando la crisis. El precio de los cereales, por ejemplo, se mantiene estable puesto que en periodos de crisis la gente (claros ejemplos son los mercados estadounidense y británico) suele comer más en casa y almacenar estos productos. En el caso de la harina de trigo, el precio ha tenido un ligero incremento debido a que es un componente principal de la ayuda humanitaria que EEUU está dejando caer en Afganistán. Por otra parte ha subido el cacao, a causa de que las productoras de chocolate están aumentando sus existencias para garantizar el suministro en el invierno.

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