La ruta de los prismáticos

Uno cuenta pájaros que vuelan con rumbo fijo y acaba sabiendo si los bosques gozan de buena salud. Los ornitólogos tienen también algo de aves raras, que pasan por la vida pegados a un cuaderno de campo y a unos prismáticos. 'Usamos los pájaros como bioindicadores, sabiendo si aumenta o disminuye la población podemos saber en qué estado se encuentran sus hábitats', explica Francisco Montoya, el coordinador de gestión de proyectos del colectivo Cigüeña Negra, de Tarifa (Cádiz).

Gracias a la labor atenta de una veintena de voluntarios, que han estado oteando el Estrecho de Gibraltar desde...

Uno cuenta pájaros que vuelan con rumbo fijo y acaba sabiendo si los bosques gozan de buena salud. Los ornitólogos tienen también algo de aves raras, que pasan por la vida pegados a un cuaderno de campo y a unos prismáticos. 'Usamos los pájaros como bioindicadores, sabiendo si aumenta o disminuye la población podemos saber en qué estado se encuentran sus hábitats', explica Francisco Montoya, el coordinador de gestión de proyectos del colectivo Cigüeña Negra, de Tarifa (Cádiz).

Gracias a la labor atenta de una veintena de voluntarios, que han estado oteando el Estrecho de Gibraltar desde ambas orillas durante la última quincena de agosto, Montoya puede afirmar sin temor a equivocarse que los vertederos incontrolados comienzan a proliferar por África.

Las bandadas de cigüeñas blancas que planean hacia territorios cálidos durante el invierno está experimentado tal crecimiento que el ornitólogo no alberga dudas acerca del aumento de sus comederos favoritos: los vertederos. Una despensa segura. 'Son buenos sitios para que se alimenten. Cada vez, hablando bruscamente, hay más mierda en el planeta', sostiene.

El proyecto Las migraciones desde la otra orilla, que arrancó en 1999, pretende estudiar los movimientos migratorios de aves en el Estrecho. La novedad, respecto a los avistamientos comunes, reside en que se siguen desde la orilla Sur. Entre el 15 y el 30 de agosto, la veintena de ornitólogos voluntarios ha oteado sin cesar el horizonte abarcado en 40 kilómetros, en ambos continentes. Su actividad, por vez primera este año, podría, además, seguirse casi en directo a través de la página web de la asociación.

En total se han realizado 45.000 observaciones de campo, que son avistamientos registrados en los cuadernos, ya sea de un ave solitaria, ya sea una bandada. Los ornitólogos detallan la especie, la cantidad, la proyección, la altura y la distancia. El trasiego aéreo que hay en el Estrecho solamente de aves planeadoras debe convertir la labor del ornitólogo en una actividad que roza lo estresante en épocas de temporada alta, que es casi todo el año. El calendario de fugas hacia lugares cálidos lo abren las cigüeñas blancas en agosto y finaliza a finales de octubre con los últimos halcones abejeros. El viaje de vuelta lo abren también las cigüeñas a partir de enero.

Las especies cruzan de un continente a otro sobre varios puntos del Mediterráneo como la zona de Sicilia y las islas Eolias, en Italia, o el Estrecho del Bósforo, en Turquía, pero ninguno alcanza la densidad del tráfico que se registra entre la costa gaditana y la marroquí hasta la que se desplazan ornitólogos de todo el mundo. Durante la quincena de agosto observada por los ornitólogos de Cigüeña Negra han cruzado 37.000 cigüeñas blancas, más de 20.000 milanos y unos 9.000 halcones abejeros. También 13 cigüeñas negras, que comienzan ahora su ciclo migratorio y que dan nombre al colectivo ornitológico, montado en Tarifa en 1997. Hoy disponen de unos 200 socios en toda Europa y han movilizado a más de 1.200 voluntarios en diversas actividades desde que se creó.