El presidente de GE, el empresario más admirado de EE UU, se jubila

De Jack Welch se cuentan anécdotas divertidas o devastadoras, pero ninguna le resta el mérito de haberse convertido en los últimos 20 años, como presidente de General Electric (GE), en el empresario más admirado de EE UU. Sus jugadas financieras y sus decisiones se estudian con devoción en las universidades donde se forman alumnos que aspiran a ganar alguna vez el sueldo con el que Welch se retira hoy: 76 millones de dólares anuales (14.000 millones de pesetas).

La jubilación de Welch deja los mandos del buque empresarial en manos de un sucesor que él mismo ha escogido con cautela, Jeff...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

De Jack Welch se cuentan anécdotas divertidas o devastadoras, pero ninguna le resta el mérito de haberse convertido en los últimos 20 años, como presidente de General Electric (GE), en el empresario más admirado de EE UU. Sus jugadas financieras y sus decisiones se estudian con devoción en las universidades donde se forman alumnos que aspiran a ganar alguna vez el sueldo con el que Welch se retira hoy: 76 millones de dólares anuales (14.000 millones de pesetas).

La jubilación de Welch deja los mandos del buque empresarial en manos de un sucesor que él mismo ha escogido con cautela, Jeffrey Immelt, perfecto empresario y financiero, pero hombre tremendamente aburrido en comparación con quien le antecede.

Más información

A Welch se le recordará siempre en EE UU por su apodo histórico, Neutrón Jack, en referencia a una capacidad similar a la de la bomba de neutrones: destruyó 120.000 empleos pero dejó los edificios intactos. Su lema con las empresas que iba adquiriendo era: 'Arréglalas, véndelas o ciérralas', igual que él vendió al menos 200 porque no consiguieron ser líderes en sus mercados.

Desde hoy, Welch se dispone a disfrutar de su cuenta corriente, de sus acciones y de su apellido. Lo primero que hará será hundir a los autores de las biografías sobre su carrera con la publicación de su propio relato, todo un manual de cómo aumentar el valor de mercado de una empresa de 10.000 millones de dólares a 400.000 millones en 20 años.

En un avance de su autobiografía y una entrevista publicada en Vanity Fair, Welch asegura que es injusto que se le considere el 'jefe más duro' de EE UU. Dice que debería haber sido aún más duro.

Welch también se permite hacer lecturas en positivo de los errores de su mandato. Europa le impidió por problemas de competencia la adquisición de Honeywell Internacional, en la que quería gastarse 43.000 millones de dólares para construir un conglomerado aeronáutico incalculable. Según Welch, dar marcha atrás es la demostración más real de liderazgo.

Welch entró en General Electric hace 40 años, recién licenciado en ingeniería química. En aquella época, GE fabricaba bombillas y comercializaba pequeños electrodomésticos. Ahora es un imperio industrial y financiero.

Archivado En