Reportaje:

La constante memoria de los sonidos

Dos especialistas en musicoterapia trabajan con enfermos de Alzheimer usando canciones populares

La memoria musical es la última que se pierde. Ése es el sencillo fundamento de la musicoterapia aplicada al tratamiento del Alzheimer, ya que una de las pocas facultades que no consigue destruir esa enfermedad es la de emocionarse a través de estímulos externos como la música. Durante los últimos diez meses, dos especialistas en ese campo han trabajado con un grupo de afectados en el Hogar de la Tercera Edad de Durango. Rescatando y aprovechando su memoria musical, han logrado avances en los enfermos a nivel físico, cognitivo, emocional y relacional. La llave: canciones populares como ...

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La memoria musical es la última que se pierde. Ése es el sencillo fundamento de la musicoterapia aplicada al tratamiento del Alzheimer, ya que una de las pocas facultades que no consigue destruir esa enfermedad es la de emocionarse a través de estímulos externos como la música. Durante los últimos diez meses, dos especialistas en ese campo han trabajado con un grupo de afectados en el Hogar de la Tercera Edad de Durango. Rescatando y aprovechando su memoria musical, han logrado avances en los enfermos a nivel físico, cognitivo, emocional y relacional. La llave: canciones populares como Clavelitos o Desde Santurce a Bilbao.

La señora del vestido verde se levanta nada más escucha las primeras notas de la canción. Brazos en jarras, canta sin aparente esfuerzo las estrofas que aprendió de niña; sus pies parecen recordar las romerías de su juventud mientras siguen con agilidad la melodía. Un hombre, el único del grupo, acompaña las notas con unas campanillas. Sin embargo, ninguno de los dos sería capaz de llegar solo hasta aquí y dentro de cinco minutos seguramente no recordarán dónde acaban de estar.

El pequeño milagro se produce una vez por semana. Para los enfermos, la terapia tiene múltiples beneficios. 'Caminando y bailando trabajamos la movilidad gruesa y por medio de los instrumentos de percusión se desarrolla la movilidad fina', explica Maiteder Lertxundi, una de los responsables del programa. Estos ejercicios son especialmente importantes, ya que el Alzheimer causa un proceso degenerativo que, poco a poco, hace olvidar al enfermo incluso cómo mover las partes de su cuerpo.

La estimulación sensorial por medio de la música permite ralentizar, que no detener, el avance de la enfermedad. 'Conseguimos que puedan coger un peine o lavarse la cara', dice la musicoterapeuta, 'pero hay que tener en cuenta que se trata de un tratamiento paliativo, ya que no existe curación para el Alzheimer'.

El tratamiento también busca crear un ambiente de seguridad y confianza para los enfermos que haga posible trabajar diferentes aspectos con ellos. Y es que gracias a la música pueden sentir que tienen un pasado, aunque no recuerden dónde aprendieron las canciones. 'Lo que sí recuerdan son las emociones que estaban viviendo cuando escucharon esa música', explica la otra musicoterapeuta, Arantza Muñoz. Un ejemplo: las monitoras les dedican una canción el día de su cumpleaños. 'No recuerdan por qué lo hacemos, pero sí saben que cuando les cantamos zorionak zuri les supone algo gratificante y que está pasando algo muy bueno. De esta forma se sienten seguros y felices', concluye. Además, gracias al trabajo en grupo se consigue establecer vínculos entre unas personas que han perdido en parte la capacidad de comunicarse.

La musicoterapia comenzó a utilizarse en los años 40. Países como Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Austria, Suiza y Francia han sido pioneros en su desarrollo.

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