Salud

El coste del tratamiento es de 600 pesetas

Implantar la técnica patentada por el laboratorio vitoriano en la sanidad pública no supondría un coste elevado. El equipo es barato para lo que es la medicina actual, ya que cuesta menos de 500.000 pesetas, y el coste por tratamiento es inferior a las 600 pesetas. En la actualidad, los que más emplean esta técnica en España son los cirujanos orales y maxilofaciales, mientras que el resto de especialistas aún no ha dado el paso. 'Ahora es el tiempo del conocimiento, después se aplicará', augura Anitua, quien añade que 'en cirugía oral se está aplicando en los últimos tres años con resultados ...

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Implantar la técnica patentada por el laboratorio vitoriano en la sanidad pública no supondría un coste elevado. El equipo es barato para lo que es la medicina actual, ya que cuesta menos de 500.000 pesetas, y el coste por tratamiento es inferior a las 600 pesetas. En la actualidad, los que más emplean esta técnica en España son los cirujanos orales y maxilofaciales, mientras que el resto de especialistas aún no ha dado el paso. 'Ahora es el tiempo del conocimiento, después se aplicará', augura Anitua, quien añade que 'en cirugía oral se está aplicando en los últimos tres años con resultados espectaculares'. Según el especialista, si este descubrimiento lo hubieran hecho los laboratorios de EE UU, la noticia sería portada en todos los periódicos.

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El laboratorio vitoriano, con la colaboración de un centro francés de Burdeos, ha sido el primero del mundo que ha desarrollado y ha empezado a utilizar la técnica, adelantándose así a otros laboratorios de Europa y de EE UU que se encontraban investigando al mismo tiempo. Hasta el momento, Anitua ha recibido peticiones sobre cómo desarrollar su descubrimiento procedentes de casi una veintena de países. En más de 10 han empezado ya a realizar las primeras aplicaciones. El desarrollo de esta técnica surgió mientras trabajaba en un libro sobre cirugía y prótesis en implantes dentales, su especialidad. Ahora trabaja en la investigación de un sistema que reducirá el fracaso de los implantes a menos de un 1%, asegura.

Según Anitua, su técnica viene a configurar el tercer vértice de la regeneración ósea, campo que se complementa con otros dos procesos biológicos: la osteogénesis (formación de hueso mediante el uso de injertos óseos procedentes de otros pacientes) y la osteoconducción (creación de una masa para que se pueda formar hueso, empleando para ello material óseo del paciente y biomateriales). Y como complemento de estos dos procesos se encuentra la osteoinducción o estimulación de la zona dañada, que no se utilizaba porque no había nada en este campo 'Es el tercer vértice del triángulo que estaba pendiente de desarrollo', indica el especialista.