Simeón de Bulgaria será primer ministro

Su partido, Alianza Nacional, negocia una coalición con la derecha y la minoría turca

Por primera vez en la historia, un rey derrocado y expulsado del país accederá a la jefatura del Gobierno republicano del mismo tras una amplia victoria en la urnas. Se trata de Simeón de Sajonia Coburgo, más conocido como Simeón de Bulgaria, que ayer anunció que el próximo domingo aceptará el encargo que le hará el presidente de la República, Petar Stoyanov, para presidir el Ejecutivo. Su partido, la Alianza Nacional Simeón II, le propuso ayer para el cargo, por lo que el jefe del Estado le encargará formalmente la tarea de gobernar Bulgaria.

El jefe del grupo parlamentario de la Alian...

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Por primera vez en la historia, un rey derrocado y expulsado del país accederá a la jefatura del Gobierno republicano del mismo tras una amplia victoria en la urnas. Se trata de Simeón de Sajonia Coburgo, más conocido como Simeón de Bulgaria, que ayer anunció que el próximo domingo aceptará el encargo que le hará el presidente de la República, Petar Stoyanov, para presidir el Ejecutivo. Su partido, la Alianza Nacional Simeón II, le propuso ayer para el cargo, por lo que el jefe del Estado le encargará formalmente la tarea de gobernar Bulgaria.

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El jefe del grupo parlamentario de la Alianza, Plamen Panayotov, fue el encargado de hacer el anuncio, que puso fin al suspense creado en torno a quién ocuparía el cargo de jefe del Gobierno, ya que el ex monarca, derrocado en 1946 por los comunistas, había afirmado en repetidas ocasiones que, aunque ganara los comicios, no ocuparía el puesto. "Con gran emoción, pero con mucha responsabilidad, y considerando la voluntad que expresaron los votantes, acepto el cargo", señaló el exrey. El nuevo Gobierno deberá ser investido por el Parlamento el próximo 24 de julio.

El cargo de primer ministro es el de más poder político en Bulgaria, un país de unos ocho millones de habitantes que tiene una frontera caliente al sureste con Macedonia, con cuya población eslava tiene importantes lazos lingüísticos y étnicos.

El partido político de Simeón obtuvo 120 escaños de los 240 posibles en las elecciones parlamentarias del pasado 17 de junio y se quedó a un solo escaño de la mayoría absoluta. Ahora planea formar una coalición de gobierno, y entre los candidatos figura el Movimiento Turco para los Derechos y las Libertades (MRF) uno de cuyos líderes, Yunal Lyutfi, aseguró que la nominación del exrey para primer ministro "actuará de catalizador en las conversaciones para formar una coalición".

Sin embargo, las negociaciones de los últimos días parecen indicar que Simeón prefiere como aliado a la coalición conservadora liberal Fuerzas Democráticas Unidas (ODS), que tiene 51 diputados y es afín a los principios de Estado democrático de corte occidental. El problema que señalan los observadores es que durante las elecciones los líderes de la ODS se vieron más amenazados por el "tornado Simeón", como lo llamaba un comentarista, que por la propia izquierda ex comunista. Los conservadores eligieron por ello ser más duros verbalmente contra el antiguo monarca que los propios socialistas. De hecho, al primera ronda de contactos de la Alianza Nacional Simeón II para encontrar un socio en el Gobierno concluyeron ayer sin acuerdo.

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Promesa de apoyo

No obstante, la Unión de Fuerzas Democráticas, en torno a la que se aglutina la ODS, ha prometido a Simeón II el voto que le falta para no depender del partido turco, para no repetir su experiencia de 1992, cuando la Unión cayó porque los turco-búlgaros le retiraron su apoyo. Simeón siempre descartó la posibilidad de gobernar en coalición con el Partido Socialista Búlgaro (PSB), que sucedió al partido comunista, que envió al exilio a Simeón cuando tenía nueve años.

Simeón de Bulgaria, de 64 años y poca experiencia política, todavía no ha dado a conocer los nombres de quienes formarán parte de su Gabinete, algo de gran interés, especialmente para los inversores extranjeros. En cualquier caso, su sola presencia en el Gobierno parece ser ya toda una garantía. "El hecho de que Simeón jure como primer ministro le dará estabilidad al país, porque muestra que él asumirá directamente la responsabilidad", señaló un analista financiero.

Simeón ha pedido un plazo de 800 días para hacer profundas reformas, y las carencias de su programa no parecen haber impresionado al electorado, que valora ante todo que el rey no estaba salpicado por la corrupción generalizada, aunque sea porque ha vivido en el extranjero.

El futuro jefe del Gobierno búlgaro nunca ha negado que, si el pueblo se lo pide, restaurará la monarquía, aunque todas las encuestas coinciden en que más del 80% de los búlgaros apoyan la república.

Sobre el asunto de si será necesario que Simeón de Bulgaria abdique para poder acceder al cargo de primer ministro, uno de los padres de la actual Constitución búlgara, el diputado izquierdista Guiño Gánev, señaló que no será necesaria tal medida. "El mero hecho de que Simeón jure su cargo según la Constitución republicana y trabaje con instituciones republicanas es prueba suficiente de su voluntad de dedicarse al desarrollo de Bulgaria como república", opinó.