Nada menos que un periódico

Un millar de trabajadores y colaboradores de EL PAÍS se reúnen para celebrar los 25 años de su aparición

La celebración del 25º aniversario de EL PAÍS reunió ayer en Madrid en un almuerzo a alrededor de un millar trabajadores, colaboradores y periodistas del diario junto a otros que pasaron por él y actualmente trabajan en otras empresas del Grupo PRISA. El acto tuvo momentos de emoción, como aquellos en los que se recordó a los compañeros fallecidos, y otros más amables, como cuando se mencionaron los éxitos alcanzados por esta cabecera en su todavía corto recorrido.

El presidente de PRISA, Jesús de Polanco, señaló en su intervención a José Ortega Spottorno, presidente de honor del periód...

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La celebración del 25º aniversario de EL PAÍS reunió ayer en Madrid en un almuerzo a alrededor de un millar trabajadores, colaboradores y periodistas del diario junto a otros que pasaron por él y actualmente trabajan en otras empresas del Grupo PRISA. El acto tuvo momentos de emoción, como aquellos en los que se recordó a los compañeros fallecidos, y otros más amables, como cuando se mencionaron los éxitos alcanzados por esta cabecera en su todavía corto recorrido.

El presidente de PRISA, Jesús de Polanco, señaló en su intervención a José Ortega Spottorno, presidente de honor del periódico, como la persona cuya visión y tenacidad hizo posible la existencia de EL PAÍS. Junto a él, Polanco mencionó a 'una pareja sui géneris' formada por Javier Baviano y Juan Luis Cebrián como los máximos protagonistas del inicio del periódico. Polanco explicó la presencia en la mesa presidencial 'como símbolo de futuro' del miembro más joven de la Redacción, Isaac García, de 23 años, de la sección de Fotografía. García, que llegó al periódico hace cuatro años y medio, confesó encontrarse como 'en una nube' entre tanto comensal de fuste.

Cebrián señala 'el orgullo legítimo de todos nosotros por lo que hemos hecho' y asegura: 'No estamos locos, sabemos lo que queremos'
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'EL PAÍS, algo más que un periódico' o 'EL PAÍS, nada menos que un periódico'. Juan Luis Cebrián, primer director y actual consejero delegado, dijo que se habían barajado ambos lemas publicitarios y que, aunque finalmente fue elegido el primero, cree que el segundo representa mejor el espíritu de lo que es este diario. Hizo un recorrido desde la historia política del periódico -sus dificultades y problemas con los distintos Gobiernos y los diferentes estamentos, 'a veces extraños a nosotros' - a una cierta sociología interna -'unas cuantas mujeres y unos cuantos maridos han sido abandonados por culpa de EL PAÍS'-, y dio las gracias a los presentes, a los 1.200 accionistas que apoyaron la salida del periódico, a los anunciantes, redactores y trabajadores y a los lectores.

Cebrián leyó algunos párrafos de una carta enviada en 1978 por representantes de la Redacción de EL PAÍS a la dirección en la que elogiaban el esfuerzo empresarial realizado por Polanco en el lanzamiento del periódico y su respeto por la independencia de los profesionales.

Al recordar que el periódico nunca bajó de 125.000 ejemplares de ventas, 'un milagro en la España de entonces', Cebrián pidió disculpas por algunas decisiones, 'no todas agradables', que tuvo que tomar como director y desde su actual puesto de consejero delegado, y señaló el 'orgullo legítimo de todos nosotros por lo que hemos hecho'. Hizo hincapié en mirar al futuro y, a golpe de Ketama, apostilló: 'No estamos locos, sabemos lo que queremos y lo vamos a conseguir'.

La celebración de ayer fue explicada por el director, Jesús Ceberio, como un merecido alto en el camino ganado tras un millón y medio diario de lectores en cinco lustros de trabajo. Ceberio habló de algunos de los compañeros desaparecidos -Andrés Fraguas, fallecido a consecuencia de la bomba de ultraderecha mandada a la sede del periódico; el fotógrafo Juantxu Rodríguez, muerto en Panamá durante la invasión norteamericana; Feliciano Fidalgo, Esteban Sánchez Barcia o algunos consejeros, como Ramón Mendoza- y tuvo un recuerdo muy especial para Ismael López Muñoz, 'amigo de tantos y amigo mío'.

Ceberio dijo, aludiendo a los retos que a partir de ahora se presentan: 'Desde hoy mismo nos toca empezar el número de los próximos 25 años. A algunos de los que estáis aquí os tocará cerrarlo. Y me gustaría leer una versión, aunque sea de lujo, en papel.'

Joaquín Estefanía, que se incorporó al periódico en 1981, fue su segundo director y actualmente es director de Opinión, destapó el tarro de las esencias fundacionales afirmando que la de ayer era la fiesta de aquellos que el 4 de mayo de 1976 estaban ya en el periódico al pie del cañón y recordó las palabras de José María Maravall con motivo del vigésimo aniversario del periódico: que EL PAÍS era 'una de las buenas cosas que quedaban de la trasición y de la democracia'.

Entre otros oradores, el presidente del comité de empresa, Juan Manuel Gil, llamó a 'recuperar el espíritu fundacional a través de la participación', y brindó 'por esta plantilla y estos directivos', para que 'tengamos otros 25 años mejores que los que hemos pasado'.

Ciento trece trabajadores, que están en EL PAÍS desde el 4 de mayo de 1976, fueron obsequiados con un reloj. El primero fue entregado por Juan Luis Cebrián a Jesús de Polanco. Éste correspondió haciendo lo propio con el presidente de honor del periódico, José Ortega Spottorno; el consejero delegado, Cebrián, y el actual director, Jesús Ceberio.

Foto de familia de la plantilla y colaboradores de EL PAÍS en la reunión de ayer.RICARDO GUTIÉRREZ

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