Salvajismo
Pasando a las diez y media de la noche por la Puerta del Sol de Madrid, cuando había miles de personas en la misma, tuve ocasión de contemplar dolorosamente cómo dos extranjeros estaban golpeando salvajemente con puñetazos y patadas a un joven extendido en el suelo, y que quizá les hubiera insultado o pretendido robar, cosa que, en ningún caso, justifica la violencia y menos la crueldad. Al contemplar tan vergonzante escena, comencé a dar gritos reclamando la presencia de algún agente de la policía, fuera Nacional o Municipal.
Corro de un lado hacia otro buscando a un policía, mientras ...
Pasando a las diez y media de la noche por la Puerta del Sol de Madrid, cuando había miles de personas en la misma, tuve ocasión de contemplar dolorosamente cómo dos extranjeros estaban golpeando salvajemente con puñetazos y patadas a un joven extendido en el suelo, y que quizá les hubiera insultado o pretendido robar, cosa que, en ningún caso, justifica la violencia y menos la crueldad. Al contemplar tan vergonzante escena, comencé a dar gritos reclamando la presencia de algún agente de la policía, fuera Nacional o Municipal.
Corro de un lado hacia otro buscando a un policía, mientras cientos de personas contemplan impávidas la paliza que los dos energúmenos están dando al pobre desgraciado. Ni un solo policía en toda una plaza de elevado riesgo en cuanto a robos y altercados, y de intenso tráfico. Uno puede ser matado impunemente ante miles de personas que contemplan con indigna pasividad el espectáculo. La seguridad es nula, y la indefensión, total.
Espantado, solicito la cooperación de los presentes para poder detener entre unos cuantos a esos salvajes, pero ni una sola reacción, excepto algunos que se limitan a declarar: 'Se lo merecerá'. Ni la menor solidaridad. Una vez más siento una profunda vergüenza, frustración e impotencia por la pasta de la que estamos hechos los llamados 'humanos' de esta era cibernética. Sólo cabe asimismo felicitar al alcalde y al delegado del Gobierno de esta jungla urbana que es Madrid por lo bien custodiados que estamos sus ciudadanos.