'El PNV sigue acatando la Constitución'

Como presidente del Parlamento vasco, Juan María Atutxa, primer candidato por el PNV en Vizcaya, no se recata en hacer un balance netamente negativo de la legislatura: ni gobierno ni oposición han cumplido, dice. 'Ni se ha legislado ni se ha controlado al Gobierno', valora, porque a su juicio no es control el bombardeo de acusaciones, ni la pérdida de las formas y el respeto a la institución. Tampoco oculta que no se ha sentido cómodo: 'No podía. No es el Parlamento que yo quiero. Ni siquiera hemos representado debidamente a la sociedad, porque el pueblo vasco no es así y ha demostrado estar m...

Como presidente del Parlamento vasco, Juan María Atutxa, primer candidato por el PNV en Vizcaya, no se recata en hacer un balance netamente negativo de la legislatura: ni gobierno ni oposición han cumplido, dice. 'Ni se ha legislado ni se ha controlado al Gobierno', valora, porque a su juicio no es control el bombardeo de acusaciones, ni la pérdida de las formas y el respeto a la institución. Tampoco oculta que no se ha sentido cómodo: 'No podía. No es el Parlamento que yo quiero. Ni siquiera hemos representado debidamente a la sociedad, porque el pueblo vasco no es así y ha demostrado estar movido por un talante distinto al de la clase política', afirma. En toda esta censura incluye al PNV.

Pregunta. ¿Debió el lehendakari Ibarretxe disolver antes?

Respuesta. Yo me alegré muchísimo cuando lo hizo. Era insufrible.

P. ¿Cuándo se dio cuenta de que no había salida?

R. Al ver que EH no reaccionaba a la ruptura de la tregua.

P. ¿Debió el PNV romper con Lizarra en ese momento?

R. Yo hubiese roto inmediatamente. Siempre fui escéptico; aunque con el riesgo en un plato de la balanza y la paz en el otro había que hacer el intento, máxime después de que el PP se cargara la Mesa de Ajuria Enea en marzo del 98. Y, aunque fracasamos y nos equivocamos, no me cabe ninguna duda de que mi partido no cedió nunca al chantaje.

P. ¿En qué estado está el pacto de Lizarra?

R. Muerto y enterrado, aunque algunos de sus contenidos sean válidos en nuestra forma de ver las cosas, como los del Pacto de Ajuria Enea y los del Plan Ardanza.

P. ¿Hacia dónde debe dirigir su primera mirada el PNV con los resultados del 13 de mayo?

R. A la fotografía que nos darán de la sociedad vasca. Recibiremos una orientación clarísima sobre la necesidad de una combinación de sensibilidades entre nacionalistas y no nacionalistas. Y ésa debe ser una apuesta estratégica, a largo plazo, que dure mientras dure esa fotografía. No quiero una apuesta táctica, el corto plazo no me gusta nada.

P. Habla de buscar un acuerdo con los socialistas.

R. Mi partido no puede pensar que nosotros solos podemos caminar hacia adelante, al menos si esa fotografía es la que yo aventuro. Con el único que no cabe ningún acercamiento es con EH. Lo descarto absolutamente.Nos engañaron permanentemente. Con el resto, el lehendakari hablará, pese a la indigerible actitud del PP de negarse al diálogo con él.

P. ¿Ve posibilidad de entendimiento, vistas las condiciones de lealtad al Estatuto y a la Constitución que les ponen?

R. El PNV sigue acatando la Constitución. Nunca hemos actuado sin ese acatamiento. otra cosa es que estemos por su relectura y en su caso modificación, pero ésa es una aspiración legítima. ¿Para qué está si no previso el mecanismo?

P. Pero ése es muy distinto camino al del soberanismo.

R. Es que yo no he pronunciado esa palabra en toda mi vida, creo. Quiero los pies en el suelo.

P. ¿Son suficientes entonces las vías que el Estatuto y la Constitución contienen?

R. Como vías, como instrumentos, claro que sí.

P. ¿De dónde puede salir un nuevo consenso que saque la violencia del rifirrafe político?

R. Es básico formar un Gobierno con fuerza suficiente para que no sea inestable y pueda decir a los violentos que ese Gobierno sólido y legítimo existe y que se olviden de milongas.