El Gobierno central da por acabada su labor por el vertido en el Guadiamar

Los científicos detectan aún exceso de metales pesados cerca de la mina

'Nuestro trabajo está hecho'. Félix Pérez Miyares, coordinador de las actuaciones que ha realizado el Gobierno para paliar el vertido tóxico en el entorno de Doñana, dio ayer por finalizada la labor de la Administración central en el valle del Guadiamar, tres años después de que la rotura de la balsa minera que tiene Boliden Apirsa en Aznalcóllar lo anegara con 4,5 millones de metros cúbicos de lodos tóxicos y aguas ácidas. Los científicos, sin embargo, aún aprecian contaminación en las cercanías de la mina.

Pérez Miyares indicó que los últimos informes remitidos por la Estación Biológi...

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'Nuestro trabajo está hecho'. Félix Pérez Miyares, coordinador de las actuaciones que ha realizado el Gobierno para paliar el vertido tóxico en el entorno de Doñana, dio ayer por finalizada la labor de la Administración central en el valle del Guadiamar, tres años después de que la rotura de la balsa minera que tiene Boliden Apirsa en Aznalcóllar lo anegara con 4,5 millones de metros cúbicos de lodos tóxicos y aguas ácidas. Los científicos, sin embargo, aún aprecian contaminación en las cercanías de la mina.

Pérez Miyares indicó que los últimos informes remitidos por la Estación Biológica de Doñana (órgano científico dependiente del CSIC) señalan que la contaminación en aves por plomo, arsénico y cobre 'ha descendido desde 1998 prácticamente a cero' y que la calidad de las aguas del Guadiamar 'es suficiente' para derribar el muro con el que se trató de evitar la penetración de las aguas contaminadas del río en el Parque Nacional de Doñana.

Los informes de la Estación, sin embargo, estiman que la contaminación por metales pesados es aún elevada en el entorno de la mina, a pesar de los trabajos de limpieza que han supuesto casi 20.000 millones de pesetas al Gobierno central y a la Junta de Andalucía, que se hará cargo del seguimiento en los próximos años.

Así, en el resumen elaborado por el grupo de seguimiento de la contaminación en seres vivos, encabezado por Miguel Ferrer, ex director de la Estación Biológica, se afirma que la contaminación detectada en el cauce y la comunidad biológica del Guadiamar 'es todavía elevada' en las muestras recogidas en las proximidades de la mina.

En el informe se añade que 'los experimentos realizados entre septiembre de 1999 y julio de 2000 revelan una toxicidad aguda muy elevada en las aguas del río Agrio [afluente del Guadiamar que rodea la mina]', toxicidad que desciende a partir del tramo intermedio del Guadiamar. Los científicos sí reflejan que las tareas de limpieza y la escasa afluencia de aves a la zona más afectada (Entremuros) ha rebajado el nivel de contaminación detectado en aves. 'La tasa de mortalidad de poblaciones marcadas (cigüeñas, milanos negros y milanos reales) fueron, en 1999, similares, a las de otros años secos'. Y la contaminación detectada en algunos ejemplares en plomo y arsénico parece deberse más a la 'presencia de una fuente adicional a la del vertido' de estos metales en la zona (perdigones, pesticidas).

Por otra parte, la dirección de Boliden Apirsa (en suspensión de pagos y que prevé dejar la mina en noviembre), mostró ayer a los miembros del Colegio de Ingenieros de Minas del Sur la obra de sellado de la balsa en la que se produjo la rotura en abril de 1998. El sellado, con tres capas de seguridad para evitar nuevas filtraciones -el 95% de los residuos sigue en la balsa-, ha costado a Boliden Apirsa cerca de 6.000 millones de pesetas y tres años de trabajo. Tan sólo quedan por sellar las zonas en las que los peritos judiciales instalaron instrumental para elaborar su informe.

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