Los musulmanes de Premià deben dejar su mezquita en una semana

La decisión del Ayuntamiento de Premià de Mar (Maresme) de ceder a la asociación de vecinos del barrio de Santa Anna el local previsto inicialmente para el colectivo de musulmanes, ha levantado ampollas. Ayer se hizo público que la sentencia, dictada a finales del año pasado, que obliga al cierre de la mezquita, situada en los bajos de un edificio de la calle de Núria, por falta de condiciones mínimas de seguridad, se ejecutará el próximo 20 de abril.

La mezquita funciona como centro de oración desde hace 13 años. El colectivo musulmán anunció ayer una movilización pacífica el día prev...

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La decisión del Ayuntamiento de Premià de Mar (Maresme) de ceder a la asociación de vecinos del barrio de Santa Anna el local previsto inicialmente para el colectivo de musulmanes, ha levantado ampollas. Ayer se hizo público que la sentencia, dictada a finales del año pasado, que obliga al cierre de la mezquita, situada en los bajos de un edificio de la calle de Núria, por falta de condiciones mínimas de seguridad, se ejecutará el próximo 20 de abril.

La mezquita funciona como centro de oración desde hace 13 años. El colectivo musulmán anunció ayer una movilización pacífica el día previsto para el cierre.

'Nos han tomado el pelo', asegura Celia Olmos, portavoz de los inmigrantes. 'Cualquier otra entidad que se encontrara en esta situación [tener el local un día y no tenerlo a la mañana siguiente] también se enfadaría', añadió. El Ayuntamiento, según Olmos, 'se escuda en las presiones de los vecinos para quedar como buenos, pero demuestra una actitud racista'.

El problema del colectivo musulmán es que mientras se construye la nueva mezquita no tiene ningún local a donde ir en Premià, ya que según la normativa municipal los vecinos tienen derecho a veto. 'Debe quedar claro', dijo Olmos, 'que tienen el mismo derecho que cualquier otro colectivo, como los Testigos de Jehová'. Recientemente, cuando los musulmanes ya habían pagado más de 100.000 pesetas de fianza por un local, los vecinos acordaron oponerse a la instalación de la mezquita, lo cual les hizo perder el dinero.

El Ayuntamiento de Premià justificó la decisión de negarles un local de 50 metros cuadrados para ser empleado provisionalmente hasta que esté acabada la nueva mezquita, en la presión de los vecinos de la zona, contrarios a que el local se utilice con fines religiosos.

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