Crecimiento tardío

España ha entrado en la segunda mitad del siglo XX en la senda del crecimiento económico sostenido, pero no consigue converger con Europa, del mismo modo que Europa no lo hace con Estados Unidos. Concretamente, la economía española presenta retrasos de entre 15 y 20 años con respecto a los países europeos más avanzados y Japón, y de 30 años con Estados Unidos, pese a que desde 1955 ha multiplicado por cinco sus niveles de renta per cápita y por ocho su producción. En los últimos 50 años, la economía española ha logrado mejoras del bienestar material incomparables con las conseguidas...

España ha entrado en la segunda mitad del siglo XX en la senda del crecimiento económico sostenido, pero no consigue converger con Europa, del mismo modo que Europa no lo hace con Estados Unidos. Concretamente, la economía española presenta retrasos de entre 15 y 20 años con respecto a los países europeos más avanzados y Japón, y de 30 años con Estados Unidos, pese a que desde 1955 ha multiplicado por cinco sus niveles de renta per cápita y por ocho su producción. En los últimos 50 años, la economía española ha logrado mejoras del bienestar material incomparables con las conseguidas en toda su historia anterior; mejoras en el nivel del consumo, en educación, sanidad, salud, equipamientos sociales, infraestructuras..., pero no suficientes. España crece, pero los demás también, y desde hace más tiempo.

Analizar la magnitud del crecimiento, sus causas, sus efectos y defectos es lo que hace este nuevo libro de la Fundación BBVA, elaborado con la colaboración del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) y dirigido por los profesores de la Universidad de Valencia Matilde Mas y Francisco Pérez. Dividido en dos partes, la primera de ellas dedicada al crecimiento de un grupo de países de la OCDE, y la segunda a la convergencia, el informe concluye que la continuidad de la tendencia de crecimiento no está amenazada y que, de mantenerse tasas como las de las últimas décadas, las áreas económicas más desarrolladas volverán a conseguir incrementar espectacularmente sus niveles de renta en apenas una generación, 'aunque no converjan entre sí'.

Pese a un fuerte acercamiento entre Estados Unidos, Japón y Europa -y entre España y la UE- en productividad, y a la imitación de un modelo de crecimiento intensivo en el uso de capital, el libro pone de manifiesto cómo no se han dado reducciones sustanciales en las diferencias de renta per cápita, salvo en casos excepcionales, como Japón. 'A partir de la experiencia de la segunda mitad del siglo XX hay argumentos suficientes para defender la tesis de que lo crucial para los países es mantenerse en -o incorporarse a- la ruta del crecimiento continuo', dice el libro.

Si el crecimiento económico a largo plazo viene marcado por el uso de tres variables fundamentales: la acumulación de capital, el crecimiento del empleo y la tasa de asimilación de progreso técnico, en lo que respecta a España todas esas variables suponen retos. En especial, a juicio de los autores, la referente al empleo, hasta el punto de que uno de ellos, Matilde Mas, al comentar el libro ha afirmado que el mercado de trabajo en España supone, hoy por hoy, el mayor freno a la convergencia. De manera que ha considerado absolutamente prioritaria una política destinada a aumentar la tasa de actividad, en donde las diferencias entre España y los demás se multiplican.

El volumen forma parte de un amplio proyecto de colaboración que se desarrolla desde hace varios años entre la Fundación BBVA y el IVIE. Para su elaboración se ha trabajado tanto en la generación de amplios bancos de datos sobre inversión y stock de capital, como en el análisis del crecimiento a partir de una ampliación sustantiva de la información estadística.