La inversión del Consell en 2000 es igual que en 1995 mientras la deuda pública se ha duplicado La Generalitat esquiva todos los controles cuando dilata a largo plazo créditos de tesorería

El presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, ha atribuido la elevada deuda acumulada desde que asumió el poder en julio de 1995 al desarrollo del techo competencial registrado en la Comunidad Valenciana durante ese periodo y ha calificado de 'absolutamente normal' la situación financiera de la Hacienda valenciana.

Pero la oposición no piensa igual y pone de relieve que, mientras la deuda pública valenciana ha crecido, las inversiones se han reducido y añade que las nuevas competencias asumidas -Empleo y Justicia- apenas han generado nuevos gastos hasta el momento. '¿Para qué es ent...

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El presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, ha atribuido la elevada deuda acumulada desde que asumió el poder en julio de 1995 al desarrollo del techo competencial registrado en la Comunidad Valenciana durante ese periodo y ha calificado de 'absolutamente normal' la situación financiera de la Hacienda valenciana.

Pero la oposición no piensa igual y pone de relieve que, mientras la deuda pública valenciana ha crecido, las inversiones se han reducido y añade que las nuevas competencias asumidas -Empleo y Justicia- apenas han generado nuevos gastos hasta el momento. '¿Para qué es entonces esa deuda?', se pregunta Cristina Moreno, portavoz de Hacienda del Grupo Socialista en las Cortes Valencianas.

Históricamente, la deuda a largo plazo se ha contraído para ejecutar grandes inversiones públicas. Sin embargo, los sucesivos responsables de Hacienda en los gobiernos de Zaplana, José Luis Olivas, primero, y Vicente Rambla, después, han adquirido el hábito de modificar la calificación de sus compromisos con los bancos y han convertido deudas a corto plazo, asumidas para afrontar problemas coyunturales de falta de tesorería, en obligaciones financieras dilatadas en varios años.

La diputada socialista alerta sobre la gravedad de tal práctica. Moreno recuerda que la fórmula habitual para que una administración obtenga fondos consiste en emitir obligaciones de deuda pública propiamente dicha, tal como prevén los presupuestos. 'Lo ponen, pero en vez de emitir papel, piden préstamos', dice Moreno, y así eluden el preceptivo control previo del Banco de España, que se limita a constatar la gravedad del problema cuando ya no puede detenerlo.

Pero al margen de las formas, el fondo del problema, según Moreno, es que el aumento de los gastos de funcionamiento corriente y las nóminas de los empleados públicos resultan ser la principal causa del incremento de la deuda.

Y ese gasto ha crecido, entre otras cuestiones, porque, por una parte, el Consell del PP no ha dudado en asumir reivindicaciones salariales de diversos sectores de la función pública para garantizarse una cierta paz social y, por otra, porque ha incrementado el número de empleados que cobran del erario público.

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Al margen de los gastos corrientes, el Consell del PP, que se reclama liberal, ha multiplicado desde 1995 el número de empresas públicas con el objetivo de centrifugar la deuda al trasladarla a entidades formalmente ajenas al gobierno autonómico. Pero tal estrategia quedó desautorizada con la entrada en vigor de los nuevos sistemas contables impuestos por la Unión Europea, que provocaron incluso un enfrentamiento entre Olivas y el banco emisor.

Nueva revisión

Pero lo más alarmante es que el constante incremento de la deuda corre paralelo a una congelación efectiva de las inversiones del Consell, que vuelven a ser objeto de revisión cuando sólo se ha consumido un trimestre de este ejercicio. 'Saben que la situación de las cuentas de la Generalitat es crítica', señala Moreno, 'pero la forma de solucionarlo no puede ser engañar a las Cortes, que aprobaron los presupuestos con un cierto volumen de inversiones para, a los tres meses, paralizarlas'.

Moreno ha pedido la comparecencia de Rambla ante la previsible reducción de las inversiones programadas para este ejercicio, tal como ha sucedido en años anteriores. 'Si la Generalitat no tiene dinero, que no lo tiene, y por eso se tiene que endeudar, que tenga la valentía política de venir a las Cortes para explicar que su mala gestión ha causado un agujero y que ya no pueden programar inversiones', añade la diputada socialista, que resalta el hecho de que la revisión de la ejecución de las inversiones programadas se produce más pronto cada año: 'El año pasado cerraron el grifo en abril y el anterior, en junio; ¿cuándo pretenden parar esta bola que se hace cada ve más grande?'

La falta de liquidez genera tensiones paralelas entre los proveedores de la Generalitat, que muchas veces tardan meses en cobrar. Son las 'facturas que se guardan en el cajón', sugiere la diputada socialista, y que se sacan posteriormente aunque correspondan a otro ejercicio, una práctica que ya ha denunciado la Sindicatura de Comptes en sus informes de fiscalización de la gestión de los presupuestos públicos.

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