El Rey triangular
El viaje que los Reyes han efectuado por tierras de EE UU, algunas de las cuales pertenecieron en su día a la Corona española, muestra un renovado potencial para fortalecer la relación triangular entre España (Europa), Estados Unidos y América Latina. Don Juan Carlos ha apuntado una senda que se debe recorrer y ampliar, en interés de los tres vértices del triángulo. El Monarca ha sido el primer jefe de Estado de la UE que se ha entrevistado con el nuevo presidente norteamericano, George Bush, cuyos primeros gestos al frente de la Casa Blanca no auguran precisamente unas buenas relaciones con E...
El viaje que los Reyes han efectuado por tierras de EE UU, algunas de las cuales pertenecieron en su día a la Corona española, muestra un renovado potencial para fortalecer la relación triangular entre España (Europa), Estados Unidos y América Latina. Don Juan Carlos ha apuntado una senda que se debe recorrer y ampliar, en interés de los tres vértices del triángulo. El Monarca ha sido el primer jefe de Estado de la UE que se ha entrevistado con el nuevo presidente norteamericano, George Bush, cuyos primeros gestos al frente de la Casa Blanca no auguran precisamente unas buenas relaciones con Europa, pero que tiene, como ex gobernador de Tejas, una especial sensibilidad hacia el mundo hispano y América Latina.
La demografía está cambiando rápidamente en Estados Unidos. Según los datos provisionales del último censo, los hispanos residentes en EE UU son 35,3 millones, y si se suman los inmigrantes sin papeles, este país es ya, después de México y por delante de España, el segundo del mundo en número de hispanohablantes, aunque muchos de ellos practiquen ese mestizaje lingüístico que ha dado en llamarse spanglish. Ahí entra España y el significado de este viaje del Rey, el decimotercero que efectúa a Estados Unidos, aunque esta vez no ha tenido carácter de viaje de Estado.
El desafío para España es amplio. Hay una historia común, reflejada, por ejemplo, en la exposición sobre La majestad de España en Jackson (Misisipí), en los nombres locales o en el apoyo del Reino de España a las antiguas colonias por la independencia frente a Inglaterra. Pero, para la mayor parte de estos hispanos, el vínculo histórico con España ha desaparecido, salvo el idioma. Recuperarlo, sin aspiración alguna de grandeza, sino de interés compartido, debe ser uno de los ejes de la política exterior, y especialmente de su dimensión cultural.
España está en una posición única para impulsar esta relación triangular, con dimensiones lingüísticas, culturales y económicas, dado el importante papel de las industrias de la cultura y la comunicación hoy día. Internet no se va a quedar en un fenómeno cuyos intercambios se producen principalmente en inglés, sino que día a día crece el uso en castellano por la Red. Y a todo esto es a lo que ha apuntado el viaje de Juan Carlos, que además puede ofrecer la imagen de un país cuya democracia es sin duda perfeccionable, pero ya equiparada a las demás.