Alcalá vuelve de nuevo su vista al río

El Ayuntamiento ha empezado a trabajar en la captación de las islas históricas del Henares

Alcalá ha crecido en los últimos 50 años de espaldas a su río, aproximándose mucho, pero sin integrarlo, ignorándolo. En una orilla, con el asfalto lamiendo los juncos, está la ciudad. La otra orilla no ha sufrido grandes cambios desde los primeros asentamientos neolíticos. En medio están las cuatro islas históricas del Henares, creadas artificialmente hace siglos en sus meandros. El Ayuntamiento, gobernado por un catedrático de Biología Vegetal, Manuel Peinado (PSOE), ha vuelto la vista al Henares: quiere que los alcalaínos se solacen en el río. El pasado martes consiguió, con un intercambio ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Alcalá ha crecido en los últimos 50 años de espaldas a su río, aproximándose mucho, pero sin integrarlo, ignorándolo. En una orilla, con el asfalto lamiendo los juncos, está la ciudad. La otra orilla no ha sufrido grandes cambios desde los primeros asentamientos neolíticos. En medio están las cuatro islas históricas del Henares, creadas artificialmente hace siglos en sus meandros. El Ayuntamiento, gobernado por un catedrático de Biología Vegetal, Manuel Peinado (PSOE), ha vuelto la vista al Henares: quiere que los alcalaínos se solacen en el río. El pasado martes consiguió, con un intercambio de terrenos, las 58 hectáreas de la isla de El Colegio, la más grande. Sus promotores afirman que frena para siempre las tentativas de construir y anuncian una especie de Casa de Campo alcalaína. Los ecologistas recelan. Dicen que en otras aproximaciones al río, éste ha salido perdiendo.

Se desconoce cuándo se formaron las cuatro islas que aparecen en los libros de historia de Alcalá : las de Los García y Las Armas, y La Esgaravita y El Colegio (estas dos últimas continúan siendo islas). La primera perteneció hasta 1767 a la Compañía de Jesús, y hoy alberga una granja escuela privada, una casa de labranza y un palomar muy interesantes desde el punto de vista arquitectónico.

Pero sí se sabe cómo se hicieron esas islas. Se construía una presa de poco calado a la entrada de un meandro, se desviaba un brazo de agua encauzado o caz y se prolongaba simétrico al río, hasta hacerlo desembocar de nuevo en el curso natural del agua. El objetivo: que el agua desviada moviera un molino que se situaba junto a la presa y cultivar así las fértiles tierras de aluvión de las islas. En cada isla hay un molino. Hoy abandonados, antaño molieron grano y produjeron electricidad. El de Las Armas, que albergaba una fábrica de fideos, molió hasta 1967.

La isla de El Colegio existía ya en el siglo XVI. Era del cardenal Cisneros, quien fundó la Universidad de Alcalá en 1510. 'Cuando Cisneros funda el Colegio de San Ildefonso (núcleo central de la Universidad) dona bienes que produzcan rentas para financiar la fundación, mantener el colegio y pagar al profesorado. Entre ellos, estaba la isla de El Colegio y su molino, el de Borgoñón', explica Francisco Javier García Gutiérrez, presidente del Instituto de Estudios Complutenses. En el XIX pasó a manos privadas. Tras cuatro siglos de cultivos, la isla es hoy una gran llanura, sin árboles que sobresalgan sobre el cereal.

El convenio urbanístico firmado por el Ayuntamiento complutense (PSOE-IU) con las tres hermanas propietarias -aprobado el pasado martes en pleno- tiene dos fases. La primera abarca las 35 hectáreas más cercanas a la ciudad, que ya se intentaron captar en un convenio anterior, firmado en marzo de 1995 y que las hermanas recurrieron. A cambio del molino en ruinas y de los terrenos, que albergan dos casas, una cochera de autobuses y un cebadero de cerdos, el Consistorio concede a las propietarias 33.986 unidades de aprovechamiento en unos suelos situados entre las carreteras de Camarma y Daganzo, con usos industriales y terciarios. El resto de la isla se cambiará por 24.770 unidades de aprovechamiento en terrenos que obtenga el Ayuntamiento en las nuevas zonas de expansión residencial que fije el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que se está redactando. El Ayuntamiento no podrá ocupar la segunda fase hasta que el PGOU se apruebe en pleno.

El Ayuntamiento no puede calcular el equivalente de las 'unidades de aprovechamiento' en dinero o metros cuadrados, ya que el planeamiento de los suelos que las albergarán no está cerrado. El PP votó en contra del convenio. Uno de sus ediles, Jesús Domínguez, explicó: 'Estamos de acuerdo en que se capte El Colegio para la ciudad, pero no en cómo se está haciendo, no en que se hipotequen aprovechamientos futuros, que, además, no están cuantificados. Hubiera sido mejor una expropiación'.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

El alcalde acaricia la idea de convertir en municipal 'toda la ribera urbana' desde que era candidato al cargo. El edil de Urbanismo, Javier Ocaña (Nueva Izquierda), ya está negociando la adquisición de la isla de Los García, que también cuenta con un gran molino y hoy es un terreno huero, con bloques de 12 alturas del barrio de Nueva Alcalá a un lado y los cerros cortados a cuchillo sobre el Henares, al otro. El alcalde Peinado cree que es posible recuperar el caz y convertir la finca de nuevo en isla. Para próximas legislaturas quisiera captar La Alvega, el terreno situado entre las dos islas. Las tres fincas suman 255 hectáreas, más del doble que el parque del Retiro.

Dos años después de ganar las elecciones, Peinado, afirmando que el primer paso para dejar pequeño el Retiro está dado, explica los planes para la isla de El Colegio.

El molino de Borgoñón, que tiene 2.500 metros cuadrados, se rehabilitará con 250 millones procedentes de los fondos Feder (la mitad sale de la Unión Europea y la otra mitad de las arcas municipales) para convertirlo en albergue juvenil. También habló de la instalación de un cámping, pero no de dónde metería los coches. Con otra partida de los Feder, de 318 millones, se actuará en la isla. Los bocetos iniciales contemplan su reforestación mediante la plantación de 25.000 árboles. En general, chopos blancos y negros, fresnos y sauces, pero con otros, de crecimiento más rápido, como pinos piñoneros o tilos, para las sendas que la atravesarán. Y tres puentes de madera que sólo permitan pasar a peatones y bicis, una granja escuela y una zona con mesas y fuentes junto al caz. En la lista de tareas está la de solicitar a la Confederación Hidrográfica del Tajo la apertura de la esclusa del molino. Hoy no fluye por el caz más que el agua que se filtra por la maltrecha compuerta. 'Habrá peces en el caz', concluye el entusiasmado Peinado

La isla de El Colegio ha despertado muchos deseos en los últimos años. En 1989 una promotora quiso construir una urbanización de lujo, idea que no gustó a los alcalaínos. También se ha hablado de instalar la ampliación del polideportivo anejo o el recinto ferial. Peinado asegura que todos esos planes han quedado desterrados para siempre. Los ecologistas plantean una duda: el facilitar el acceso a las islas, ¿no acelerará su deterioro? Y mirando la menoscabada ribera urbana del río, enuncian otra, la capacidad del Ayuntamiento para mantener su Casa de Campo. 'Una zona forestal blanda, como será ésta, no requiere mucho mantenimiento y, además, hemos triplicado la partida presupuestaria municipal para zonas verdes', contesta el alcalde.

Archivado En