España y EE UU empiezan a negociar para tener el nuevo convenio en verano

España y EE UU quieren imprimir un perfil bajo a la negociación del nuevo convenio, descargándola del dramatismo que rodeó la discusión del vigente, hace 12 años. Por eso insisten en hablar de revisión técnica. Pero, al margen de cuántos artículos se modifiquen, el tratado resultante deberá ratificarlo el Parlamento.

Si ambos países se limitaran a retocar el convenio actual, éste seguiría sujeto a prórrogas anuales, como viene sucedienco desde 1997. Sin embargo, EE UU, que se ha comprometido a invertir más de 22.000 millones de pesetas en la potenciación de la base de Rota (Cádiz), no q...

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España y EE UU quieren imprimir un perfil bajo a la negociación del nuevo convenio, descargándola del dramatismo que rodeó la discusión del vigente, hace 12 años. Por eso insisten en hablar de revisión técnica. Pero, al margen de cuántos artículos se modifiquen, el tratado resultante deberá ratificarlo el Parlamento.

Si ambos países se limitaran a retocar el convenio actual, éste seguiría sujeto a prórrogas anuales, como viene sucedienco desde 1997. Sin embargo, EE UU, que se ha comprometido a invertir más de 22.000 millones de pesetas en la potenciación de la base de Rota (Cádiz), no quiere estar pendiente de que España renuncie cada otoño a denunciarlo y reclama un nuevo periodo de vigencia, según las fuentes consultadas.

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La pretensión norteamericana sería obtener la máxima duración posible para el nuevo convenio, al menos los ocho años que consiguió en 1988. La parte española aduce que aquel periodo tan largo fue fruto de unas circunstancias excepcionales, derivadas de la salida de los cazas norteamericanos de Torrejón de Ardoz (Madrid), y apuesta por una duración más breve, en torno al lustro de los convenios anteriores.

En todo caso, se da por sentado que el nuevo convenio será más breve que el vigente, pues todos los artículos que regulan la situación de las tropas de EE UU en España pueden sustituirse por una remisión al Estatuto de Fuerzas de la OTAN, suscrito por ambos países. También el apartado laboral, que de hecho es el convenio colectivo de los empleados españoles de las bases, quiere eliminarse, permitiendo que estos negocien directamente con las autoridades norteamericanas sin que el Ministerio de Defensa haga de intermediario.

España ya ha dado luz verde a EE UU para que pida financiación a la OTAN para ampliar las capacidades de Rota. Si las obras se acaban sufragando con fondos aliados, la Alianza tendrá derecho a utilizar las instalaciones y ambos países deberán prever en que términos se produce este uso y cómo se compatibiliza con las facilidades dadas a EE UU.

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La negociación del nuevo convenio coincidirá con una serie de visitas de responsables españoles a EE UU. A Piqué le seguirán los Reyes, a partir del 27 de marzo, y el ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, a finales de abril. Aún no hay fecha para el viaje que Aznar quiere realizar en mayo.

Piqué subrayó ayer que, en sus entrevistas con el secretario de Estado, Colin Powell, y la consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, no se limitará a las relaciones militares sino que tratará los otros puntos de la declaración bilateral del 11 de enero. La aplicación del Plan Colombia, que España respalda pese al recelo de la UE, será con toda seguridad uno de ellos, pues Piqué viajará a dicho país el sábado.

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