La Comisión frena la vía rápida para las leyes financieras

La propuesta para crear un sistema de vía rápida en la legislación financiera europea ha arrancado muerta. La idea de los siete sabios que encabeza Alexander Lamfalussy, ex presidente del Instituto Monetario Europeo, ha topado con un conflicto institucional que enfrenta a la Comisión Europea y el Consejo de ministros, con el Parlamento Europeo ojo avizor.

Los sabios proponen que la normativa sobre mercados financieros se base en unas pocas directivas-marco y se desarrolle a través de reglamentos que se puedan aprobar con gran rapidez. El sistema exige que la Comisión Europea abra consul...

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La propuesta para crear un sistema de vía rápida en la legislación financiera europea ha arrancado muerta. La idea de los siete sabios que encabeza Alexander Lamfalussy, ex presidente del Instituto Monetario Europeo, ha topado con un conflicto institucional que enfrenta a la Comisión Europea y el Consejo de ministros, con el Parlamento Europeo ojo avizor.

Los sabios proponen que la normativa sobre mercados financieros se base en unas pocas directivas-marco y se desarrolle a través de reglamentos que se puedan aprobar con gran rapidez. El sistema exige que la Comisión Europea abra consultas con el mercado, el Consejo y el Parlamento antes de aprobar sus propuestas. El Consejo, representado por un Comité Europeo de Valores, votaría esas propuestas en un plazo máximo de tres meses.

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Un problema institucional es que el papel del Parlamento Europeo sería meramente consultivo, sin derecho a codecidir con las otras dos instituciones. El asunto será debatido mañana en el pleno de la Eurocámara en Estrasburgo.

El otro problema, que enfrentó ayer a Comisión y Consejo, es que Bruselas estima que la propuesta violaría el principio consagrado en los Tratados de que tiene el monopolio del derecho de iniciativa. Las normas europeas las propone la Comisión, las aprueba el Consejo y, en su caso, las ratifica el Parlamento. En la propuesta de Lamfalussy la Comisión está obligada a tener en cuenta las sugerencias de los Estados miembros.

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