Ante el Día de la Mujer Trabajadora
La sociedad se ha ido desarrollando de tal manera que los roles, tanto del hombre como de la mujer, estaban estereotipados y como consecuencia las leyes se adaptan a esos comportamientos establecidos generalmente aceptados por todos. Esto no quiere decir que se marginase a nadie, pero sí que a lo largo del tiempo el papel del hombre fuera más relevante. ¿Por qué? Porque es él el que ha tenido el poder en sus manos.
A pesar de todo, creo que la mujer que no ha querido sentirse marginada, no lo ha estado, es más, pienso que la mujer siente miedo a enfrentarse con ese mundo, llamemos mascu...
La sociedad se ha ido desarrollando de tal manera que los roles, tanto del hombre como de la mujer, estaban estereotipados y como consecuencia las leyes se adaptan a esos comportamientos establecidos generalmente aceptados por todos. Esto no quiere decir que se marginase a nadie, pero sí que a lo largo del tiempo el papel del hombre fuera más relevante. ¿Por qué? Porque es él el que ha tenido el poder en sus manos.
A pesar de todo, creo que la mujer que no ha querido sentirse marginada, no lo ha estado, es más, pienso que la mujer siente miedo a enfrentarse con ese mundo, llamemos masculino, y automáticamente se margina, inconscientemente.
Nunca me he sentido marginada por el hecho de ser mujer, todo lo contrario. Quizás es el aspecto legislativo el más anecdótico, ya que la sociedad ha evolucionado más rápidamente en las últimas décadas y las leyes no lo han hecho al mismo ritmo.
El acceso de la mujer al mundo del trabajo, de la cultura, a puestos de responsabilidad en todos los campos, demuestra que no se la margina, pero sí que esta nueva actividad, que esta nueva mujer, necesita de una adecuación legislativa.
En este proceso de evolución social hay varios grados. Hay mujeres que se sienten cómodas en sus actuales condiciones. Otras que, movidas por mayores inquietudes, desearían una mayor igualdad con el hombre en el aspecto legislativo y, por último, las más progresistas, que desde luego existen, a las que les gustaría dar un giro de 180 grados a la sociedad actual. Yo me quedaría con el término medio.
Nuestros jóvenes tienen una mentalidad distinta a la nuestra, y nosotros, a la de nuestros padres. Como todos estamos en el mismo carro, lo que tendríamos que hacer es mirar al futuro. Lo más importante es dar una formación cultural y humana a los que vienen detrás y que nuestros legisladores den una respuesta equilibrada, sensata y coherente a las necesidades de lo que ya es, y cada vez más, una sociedad moderna.
Desde luego el área social es importante en este fenómeno. Cuanto mayor preparación de todo tipo tenga la mujer, más fácil será salir de esta pretendida marginación, y digo pretendida porque creo que en realidad es una evolución lo que se contempla.