Reportaje:

Nazarenas en la 'Madrugá'

La hermandad sevillana de la Macarena aprueba la participación de mujeres en las procesiones de Semana Santa

A Pepe Rusillo le ha sentado fatal, porque, ante todo, es un amante de la tradición. Le indigna tanto pensar que la procesión de la Macarena ya no será sólo una cuestión de hombres, después de que el cabildo aprobase (354 votos a favor, 293 en contra y tres nulos) la equiparación en derechos entre ambos sexos, que duda incluso si este año vestirá la túnica y el capirote. 'Es indignante que se hayan saltado a la torera una tradición en una hermandad tan puntera como ésta', dice. Rusillo lo grita a los cuatro vientos mientras conduce su moto frente a la basílica de la Macarena, en Sevilla, y se ...

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A Pepe Rusillo le ha sentado fatal, porque, ante todo, es un amante de la tradición. Le indigna tanto pensar que la procesión de la Macarena ya no será sólo una cuestión de hombres, después de que el cabildo aprobase (354 votos a favor, 293 en contra y tres nulos) la equiparación en derechos entre ambos sexos, que duda incluso si este año vestirá la túnica y el capirote. 'Es indignante que se hayan saltado a la torera una tradición en una hermandad tan puntera como ésta', dice. Rusillo lo grita a los cuatro vientos mientras conduce su moto frente a la basílica de la Macarena, en Sevilla, y se cruza con conocidos: '¿Te has enterado? Es indignante; imagínate ahora, cuando salgan las niñas y quieran ir con el novio'. Rusillo tiene 25 años, pero es un viejo amante de la tradición, desencantado con la defensa a ultranza hecha por la junta de gobierno de su hermandad para igualar en derechos a hombres y mujeres. 'Va a ser de charanga y pandereta', vaticina.

Pero no todas las hermanas que aspiran a salir como nazarenas encajan en el perfil que dibuja Rusillo con malicia. África Mejías Ramos, de 40 años, es una de las 2.000 mujeres que pertenecen a la agrupación religiosa, que cuenta con unos 10.800 hermanos en total. Cree que el domingo se puso fin a una paradoja en la que ella ha vivido durante 20 años: 'Si todos tenemos devoción a nuestras imágenes, es un contrasentido que unos no puedan participar en el acto de culto más importante de una hermandad, que es la estación de penitencia'.

África Mejías está dispuesta a afrontar como nazarena un recorrido de más de 12 horas la próxima Madrugá (del Viernes Santo), pero que las mujeres puedan asistir a la procesión ya este año depende ahora de la premura del arzobispado de Sevilla, que debe autorizar las reglas aprobadas por el cabildo el pasado domingo.

A pesar de que 34 de las 57 agrupaciones de Sevilla habían dado luz verde a la participación de mujeres en los últimos años, el acuerdo de la hermandad de la Macarena goza de especial trascendencia en la sociedad sevillana, muy apegada al costumbrismo. La Macarena es la primera de las cofradías que asisten a la procesión en la Madrugá, que equipara ambos sexos. En esa jornada salen algunas de las más señeras, como el Gran Poder, el Silencio o la Esperanza de Triana.

Son también las más reacias a incorporar mujeres a sus filas de nazarenos, a pesar de que el arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo, aprobó unas normas diocesanas en 1997 que suprimían la discriminación femenina y zanjaba la distorsión entre el activismo interno de las mujeres y su nula presencia en las procesiones, el acto de mayor realce público. De las 247 hermandades que participan en las procesiones en las ocho capitales andaluzas en Semana Santa, las trabas a la plena incorporación femenina persisten en 26. Alicia Flores Damas y Ángela Arredondo Díaz, de 19 años, encarnan a la perfección ese papel de hermanas muy activas que veían cortadas sus aspiraciones en Semana Santa. 'No es que luchemos por ser nazarenas, si no por la igualdad', aduce Ángela Arredondo, que pertenece a una saga familiar muy vinculada a la cofradía.

Ambas acudieron el domingo a votar a favor de la equiparación. Ayer, antes de que alguien las piropease como 'dos nazarenas guapas' mientras se retrataban junto a un azulejo de la Virgen de la Macarena, recordaban algunos de los argumentos esgrimidos durante el cabildo para justificar la equidad. 'La primera nazarena que existió fue la que está ahí dentro', dice Ángela, señalando el interior de la basílica.

Frente a los que se escudan en la tradición como Pepe Rusillo, el hermano mayor de la cofradía, Joaquín Saiz de la Maza, contrapone la 'realidad social y civil' sobre la no discriminación por razón de sexo, recogida también en 'el Concilio Vaticano II'. A pesar de que su mandato culmina dentro de pocos meses, Saiz de la Maza optó por plantear el debate: 'Para mí era un deber'.

La reforma de las normas internas consagra como un 'derecho esencial' de cualquier hermano o hermana que pueda realizar 'la estación de penitencia', aunque las cuadrillas de costaleros y la centuria romana (los armaos) que cierra el paso del Cristo de la Sentencia seguirán restringidas a los varones. Incluso Alicia Flores lo ve bien: 'En la centuria romana, nunca hubo mujeres, sería ilógico'.

Alicia Flores y Ángela Arredondo, integrantes de la Hermandad de la Macarena.GARCÍA CORDERO

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